Un nuevo giro sacudió este martes el panorama político y judicial del país. El Tribunal Superior de Bogotá concedió una tutela a favor del expresidente Álvaro Uribe Vélez y ordenó su libertad inmediata, mientras se surte la segunda instancia del fallo condenatorio en su contra.
La decisión se basó en la garantía del debido proceso y el principio de presunción de inocencia, que cobija a cualquier ciudadano hasta que la sentencia quede en firme. Con esto, el exmandatario recupera su libertad tras meses de restricciones y debates jurídicos.
El caso de Uribe, uno de los más mediáticos y polémicos en la historia reciente de Colombia, continuará su curso en la justicia ordinaria, a la espera de la resolución en segunda instancia que definirá si se confirma o se modifica la condena.
La noticia generó reacciones inmediatas: para sus seguidores representa un alivio y un acto de justicia, mientras que para sus detractores es una muestra más de las tensiones entre política y sistema judicial en torno a la figura del expresidente más influyente de las últimas décadas.
