El miedo volvió a apoderarse de las calles del barrio Las Malvinas, en el suroccidente de Barranquilla, luego de que dos sicarios a bordo de una motocicleta abrieran fuego contra un grupo de jóvenes que se encontraba reunido en vía pública. El ataque, ocurrido en la noche del jueves, dejó como saldo la muerte de un adolescente de 17 años y otro menor herido.
La víctima fatal fue identificada como Jhordi Darío Cano Campo, hijo de una funcionaria de la Policía que presta servicio en la Estación El Bosque. El joven, según información preliminar de las autoridades, fue impactado en múltiples ocasiones y murió en el lugar. Jefri Junior Meléndez Rojano, también de 17 años, resultó herido y fue trasladado a un centro asistencial donde permanece bajo observación.
De acuerdo con el testimonio entregado por Meléndez a las autoridades, el hecho estaría relacionado con una disputa entre pandillas, señalando directamente a un presunto miembro del grupo delincuencial ‘Los R15’ como uno de los atacantes. No es la primera vez que Meléndez es víctima de la violencia: la Policía Metropolitana de Barranquilla (Mebar) confirmó que ya había sufrido un atentado en 2023.
La Policía también reveló que los agresores habrían salido de un punto de expendio de drogas conocido en el sector como la «Caleta de Naira», lo que refuerza la hipótesis de que se trata de un conflicto ligado al microtráfico y la disputa territorial entre grupos juveniles armados.
Este nuevo caso de violencia juvenil ha encendido las alarmas entre los vecinos del barrio, que denuncian la creciente presencia de pandillas y el deterioro de la seguridad en la zona. “Aquí ya no se puede ni salir a la tienda sin miedo. Los niños están siendo reclutados por estas bandas y nadie hace nada”, expresó una residente del sector.
Mientras tanto, la Policía anunció que ya se encuentra adelantando operativos de búsqueda para dar con los responsables del ataque, al tiempo que reforzará la presencia en puntos críticos de la ciudad para evitar nuevas confrontaciones.
La comunidad y organizaciones sociales exigen medidas urgentes, no solo de seguridad, sino también de prevención, educación y atención integral para los jóvenes, en un entorno cada vez más amenazado por la violencia urbana.
