La calma habitual de este municipio del sur del Atlántico se vio alterada en los últimos días tras una serie de ataques a la estación de Policía, protagonizados por un grupo de jóvenes que protestaban contra operativos de control al microtráfico y el consumo de drogas.
La situación obligó a la alcaldesa Yaneris Acuña a convocar de urgencia un consejo de seguridad, donde participaron autoridades municipales, departamentales y la Policía Nacional. El objetivo: evitar que la violencia escale y restablecer la confianza ciudadana.
Los incidentes, según las autoridades, ocurrieron como reacción a los operativos adelantados por la fuerza pública para frenar el consumo y la venta de sustancias ilegales en distintas zonas del municipio.
“No podemos permitir que se normalice la agresión contra nuestros policías. Vamos a actuar con firmeza pero también con diálogo”, señaló la mandataria local al término del consejo.
Entre las decisiones adoptadas se encuentra el fortalecimiento de las acciones contra el microtráfico, en un esfuerzo articulado entre la Alcaldía, la Policía y con el respaldo de la Gobernación del Atlántico.
“Se trata de proteger a la comunidad y recuperar los espacios públicos afectados por el consumo y la inseguridad”, explicó Vanessa Bolívar, asesora de la Secretaría del Interior departamental.
Además, se implementaron nuevas restricciones horarias para los negocios que venden licor, con el fin de reducir factores que contribuyen al desorden nocturno y a hechos de violencia.
Las autoridades reiteraron que estas medidas no buscan reprimir, sino proteger a la comunidad y garantizar una convivencia pacífica. También se anunció que se fortalecerán las estrategias de prevención con jóvenes en riesgo, a través de programas sociales y educativos.
