sábado, junio 14, 2025

Alcalde de Santa Marta, Carlos Pinedo: ¡Ni gobierna, ni deja gobernar, ni hace ni deja hacer!

En un nuevo episodio de lo que parece más una pelea política que una gestión responsable, la Alcaldía de Santa Marta, bajo el mando de Carlos Pinedo, bloqueó este viernes la realización de un evento organizado por la Gobernación del Magdalena para entregar 31 calles pavimentadas en diversos barrios de la ciudad.

El acto, que tenía lugar en la cancha del barrio Mamatoco y contaba con permisos previos de la Junta de Acción Comunal y —según los organizadores— incluso de la misma Alcaldía, fue interrumpido por funcionarios de la Secretaría de Seguridad y la Policía. Como si de una operación contra el crimen se tratara, agentes inmovilizaron vehículos y multaron al equipo encargado del montaje, impidiendo que los ciudadanos conocieran de primera mano los avances de una obra pública que, además, beneficia directamente a miles de familias.

Este no es un caso aislado, sino un patrón. Desde que asumió el cargo, Carlos Pinedo ha hecho de la obstaculización una herramienta de gobierno: bloquea programas, interfiere en actividades de otras instituciones y actúa con una actitud más cercana al saboteo político que a la articulación institucional.

En vez de pensar en los samarios, el alcalde parece más interesado en marcar territorio, como si la ciudad fuera su finca personal. Pero gobernar no es marcar espacios, sino sumar esfuerzos. El beneficio ciudadano no distingue colores políticos.

¿Cómo se explica que se impida la entrega de vías pavimentadas, que ya están hechas, que ya fueron invertidas, y que mejoran la calidad de vida de comunidades históricamente olvidadas?

Mientras Santa Marta clama por seguridad, movilidad, agua potable y reactivación económica, su alcalde elige pelear con la Gobernación antes que construir. Y peor aún, lo hace a costa del bienestar ciudadano. El mensaje es claro: si no lo hace él, no deja que lo haga nadie más.

Es momento de que Carlos Pinedo entienda que su papel no es bloquear, sino liderar. La ciudad no necesita caudillos de la confrontación, sino administradores comprometidos con el progreso colectivo.

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