Aumenta el uso de rutas marítimas por migrantes tras endurecimiento de medidas en el Darién
Ante el creciente endurecimiento de las políticas migratorias en Panamá y Colombia, los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos están optando por nuevas rutas para evitar el peligroso Tapón del Darién. La vía marítima, que conecta el Chocó en Colombia con Costa Rica, ha ganado popularidad, especialmente entre quienes huyen de la violencia y las dificultades del cruce por la selva.
En 2023, más de 500,000 personas atravesaron el Darién, lo que convirtió esta región en uno de los puntos más críticos de la crisis migratoria. En respuesta, los gobiernos de Panamá, Colombia y Estados Unidos implementaron una serie de medidas para frenar el paso de migrantes, como el refuerzo de seguridad, cierres de rutas y repatriaciones de migrantes mediante vuelos humanitarios. Sin embargo, estas acciones han complicado el tránsito a través de la jungla, aumentando la presión sobre los migrantes.
Con la situación cada vez más difícil en la selva, migrantes y grupos organizados han comenzado a buscar alternativas. Según informes de La Razón, cada vez son más los migrantes que optan por pagar entre 2,000 y 3,000 dólares a lancheros para ser transportados desde el Chocó hacia Costa Rica, evitando el cruce por el Darién. Este método, aunque más rápido, no está exento de riesgos, ya que las embarcaciones utilizadas no están adaptadas para navegar en mar abierto, poniendo en peligro la vida de los viajeros.
Eunice Rendón Cárdenas, directora de la iniciativa Agenda Migrante, explicó que la nueva ruta ha sido elegida por quienes buscan una forma de evitar los controles en la frontera panameña. «El temor de ingresar al Darién, sumado a la presencia de más autoridades, ha llevado a muchos a arriesgarse en el mar», indicó Rendón. Sin embargo, destacó que, aunque menos violenta que la selva, esta nueva ruta sigue siendo peligrosa, y algunos migrantes temen por su seguridad en el mar.
A pesar de las políticas más restrictivas implementadas por el gobierno panameño, que han incluido acuerdos con Estados Unidos para reducir el paso de migrantes, muchos activistas y defensores de los derechos humanos alertan sobre los riesgos que enfrentan los migrantes. Luis García Villagrán, vocero del Centro de Dignificación Humana, aseguró que las políticas de cierre de rutas no detendrán el flujo migratorio, sino que solo aumentarán la vulnerabilidad de las personas que buscan una vida mejor. «Cerrar los pasos no resolverá el problema, solo llevará a más tragedias», afirmó.
Aunque las medidas de seguridad parecen haber reducido el paso por el Darién en un 38% en 2024, los migrantes siguen encontrando maneras de continuar su viaje. Mientras tanto, la situación sigue siendo un desafío tanto para los países receptores como para las organizaciones humanitarias que intentan ofrecer asistencia en un contexto cada vez más complejo.