miércoles, diciembre 4, 2024

Remezón en las Fuerzas Militares de Colombia: Desaparecen los Comandos Conjuntos tras dos décadas de operaciones

Las Fuerzas Militares de Colombia experimentan una importante reorganización que redefine su estrategia operativa. Con la emisión de la resolución 4760 del 1 de noviembre de 2024, el Ministerio de Defensa ha puesto fin a los Comandos Conjuntos, unidades que durante 20 años fueron clave en la lucha contra grupos armados en diversas regiones del país.

Un cambio de enfoque en las operaciones ofensivas

Los Comandos Conjuntos, un total de cinco unidades especializadas, tenían la misión de coordinar y ejecutar operaciones en departamentos críticos como Antioquia, Atlántico, Arauca, Casanare, Caquetá, Putumayo y Chocó. Con esta decisión, las Fuerzas Armadas colombianas modificarán su esquema operativo, delegando las operaciones ofensivas a cada rama de las fuerzas (Ejército, Armada y Fuerza Aérea) de forma independiente, sin la participación conjunta de estos comandos.

Desde la llegada del almirante Francisco Cubides a la comandancia de las Fuerzas Militares, los rumores sobre una posible reorganización eran cada vez más frecuentes. Cubides había mencionado en diversas ocasiones la intención de transformar los Comandos Conjuntos, orientándolos hacia un rol más asesor y menos operativo.

Las fuerzas de tarea conjuntas que se disuelven

Esta reestructuración supone la desaparición de importantes fuerzas de tarea conjuntas que fueron emblemáticas en el combate contra grupos armados ilegales, como la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, creada específicamente para enfrentar a las extintas FARC en sus años de mayor actividad. Junto a Omega, también se disuelven las fuerzas Titán, Hércules, Marte y Quirón, así como los comandos específicos de zonas estratégicas como el Caguán, el Oriente y el Cauca.

La medida ha generado reacciones diversas entre analistas y expertos en seguridad. Algunos señalan que la desaparición de estos comandos puede afectar la efectividad de las operaciones en zonas de alta conflictividad, mientras que otros consideran que permitirá un uso más eficiente de los recursos, adaptándose a las actuales amenazas que enfrenta el país.

Un golpe en Guapi, Cauca, evidencia los desafíos de seguridad

En paralelo con este anuncio, el conflicto sigue latente en territorios donde los Comandos Conjuntos solían actuar. En Guapi, Cauca, un ataque explosivo perpetrado por disidentes de las FARC resultó en la muerte de tres atacantes y dejó heridas a dos policías. Este hecho subraya la vulnerabilidad en zonas de alta tensión y la necesidad de continuar fortaleciendo las capacidades de respuesta de las fuerzas militares, aunque con un enfoque reorganizado.

Un nuevo capítulo para la seguridad nacional

La disolución de los Comandos Conjuntos marca el fin de una era en la estrategia de seguridad nacional. La reorganización implica nuevos retos para las Fuerzas Militares, que deberán adaptarse a un modelo operativo diferente en el combate contra los grupos armados y el narcotráfico. Esta transformación forma parte de un plan más amplio que busca adecuarse a las cambiantes dinámicas del conflicto en Colombia, y será crucial evaluar en los próximos meses el impacto real de este cambio en la seguridad del país.

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