¿Es ateo Dios en el balompié mundial?

¡La pasión por el fútbol nunca tendrá límites! es una fuerte realidad que trasciende más allá de la historia de la humanidad, ya no como deporte y entretención, todo lo contrario, como negocio y gran poder mediático.

No es mentira, pero este deporte oriundo de Inglaterra es el éxtasis de los pueblos, la gravedad de las emociones en el ser humano, la pasión y el odio, la controversia, el escudo y los colores, el fanatismo, la humillación, la rivalidad.

Y si, tan solo juegan 11 vs 11 hombres que buscan siempre ser los héroes y vencer hasta el más piadoso de cualquier credo religioso, pues lamentablemente en los deportes como en este, donde todos se apiadan ante el todopoderoso, pues hay un eterno silencio, en un momento decisivo y no creo que él prefiera uno que a otro de sus hijos… ¿Será que Dios es ateo en el deporte, especialmente en el fútbol?

Definitivamente quien cree en sus convicciones puede padecer por exceso de confianza, resultando ganador quien no lo merezca, lamentable el fútbol es de hacer mas anotaciones y no merecer por maniobras con el esférico; el arte solo déjalo al malabarista pero este deporte inglés es de ganar o morir.

Y así vayas a la vanguardia, a toda marcha cual caballos galopantes de Benhur (Antares, Rigel, Altair y Aldebaran ) una contra producida por un inédito ” héroe”, en el último instante, quien corre vertiginoso podría vencer al cancerbero y final del juego.

Los esquemas de algunas escuadras son definidas. Creería que por estrategia podrían llegar a vencer, pero el rival es capaz de tumbar estas murallas y más si la necesidad apremia acabar al León,por sobrevivir, trayendo públicos adeptos pero atención no les garantiza ser el mejor del mundo como sucede con Messi y Ronaldo

Tanto el pueblo como los espectadores, los gladiadores como los deportistas de hoy en día, siguen siendo marionetas de algún tribuno o emperador, hoy gerentes o gobernantes que se confabulan para dar pan y circo a los ciudadanos, mientras la ética se va cada vez más al suelo que el propio balón en medio del campo, antes de iniciarse el gran espectáculo.

Cuál será el fin o la intención de este deporte, violentamente atractivo: entretener o cocificar, he ahí el dilema.