La reciente renuncia de los secretarios de Educación y Cultura del municipio de Soledad, Óscar Palomino y Odette Correa Díaz Granados, respectivamente, marca un punto de quiebre en la alianza política entre el exsenador Eduardo Pulgar y los diputados Sergio Barraza y Federico Ucrós, quienes hasta ahora habían sido aliados clave de la alcaldesa Alcira Sandoval.
La salida de Palomino, representante del sector político de Barraza, y Correa Díaz Granados, quien pertenecía al grupo de Ucrós, ocurre a solicitud de la propia alcaldesa, lo que pone en evidencia la creciente tensión dentro de la administración municipal y en las relaciones políticas de cara a las elecciones al Congreso en 2026. Este gesto de la alcaldesa no solo disuelve la coalición entre Pulgar y Barraza, sino que también resquebraja la estabilidad del Concejo Municipal de Soledad, que había sido dominado por una cómoda mayoría de la administración Sandoval.
La renuncia de estos dos funcionarios no es solo un ajuste administrativo. Con ella se desploma una de las alianzas políticas más sólidas en el municipio, que permitió la elección de los dos últimos alcaldes de Soledad y el ascenso de las congresistas Claudia Pérez y Jesmi Barraza. La fractura en esta relación política sugiere que tanto Pulgar como Barraza buscarán nuevos apoyos y aliados en su carrera hacia el Congreso, alterando el tablero político local.
A nivel del Concejo, donde hasta hace poco la administración de Sandoval gozaba de una mayoría que le permitió gobernar con relativa facilidad, se anticipa una posible pérdida de poder y control.
La ruptura con Barraza y Ucrós podría significar una postura más crítica y menos alineada a la alcaldía en los debates del Concejo, lo que abriría el camino a intensas discusiones sobre el manejo de la administración pública y citaciones a funcionarios. Esta situación podría traducirse en una recomposición de fuerzas políticas dentro del Concejo, que se convertiría en un espacio de mayor control y oposición.
Con todo esto, el escenario político en Soledad se encamina hacia una etapa de redefinición, en la que las relaciones entre las principales fuerzas políticas se verán reconfiguradas a menos de un año de las elecciones parlamentarias.
La alcaldesa Sandoval, Pulgar, Barraza y Ucrós tendrán que ajustar sus estrategias y alianzas para navegar en un contexto cada vez más incierto y polarizado, donde las elecciones del 2026 marcan un horizonte cercano y crucial para todos los involucrados.