El más reciente informe Tracking Digital a corte 31 de octubre, elaborado por la firma Guarumo, muestra un panorama claro sobre quiénes concentran la atención, las audiencias y la inversión en las redes sociales de Colombia.
El estudio, que monitorea métricas públicas en Facebook, Instagram, X, TikTok y YouTube, revela el pulso entre líderes políticos, figuras mediáticas y opinadores que hoy marcan la agenda digital del país.
Según el documento, María Fernanda Cabal y Vicky Dávila se disputan los primeros lugares en número de seguidores e interacciones en varias plataformas. En Facebook, la senadora Cabal encabeza el ranking con más de dos millones de seguidores (2.018.941), seguida muy de cerca por la periodista Dávila, con 1.960.193. En tercer lugar aparece Iván Cepeda Castro, con 1.849.413.

En Instagram, el liderazgo lo ostenta el abogado Abelardo de la Espriella, quien supera los 851.000 seguidores, seguido nuevamente por Vicky Dávila (839.000) y el senador Miguel Uribe Londoño (629.000). Por su parte, en la red X, la senadora María Fernanda Cabal repite protagonismo con más de un millón de seguidores, consolidándose como una de las voces más activas e influyentes del debate político en línea.


La dinámica cambia en TikTok, plataforma dominada por públicos jóvenes, donde el creador de contenido Santiago Botero se ubica en el primer lugar con 1,7 millones de seguidores, superando a figuras tradicionales de la política. En YouTube, la lista la encabeza David Luna, con 333.000 suscriptores, seguido por Mauricio Cárdenas (185.000) y Juan Daniel Oviedo (34.100).
Más allá de los seguidores, el informe de Guarumo analiza también el nivel de inversión en pauta digital, revelando una competencia intensa en el frente publicitario. Durante el último mes medido, Miguel Uribe Londoño lideró la inversión en anuncios con $284,9 millones de pesos, seguido por Juan Carlos Pinzón, con $130 millones, y Felipe Córdoba, con $67 millones. Completan el top de inversionistas Héctor Espinosa y Vicky Dávila, ambos por encima de los $57 millones.

Los datos permiten ver una clara segmentación en las estrategias digitales: mientras algunos líderes optan por consolidar presencia orgánica a través de contenido constante y participación en debates, otros refuerzan su visibilidad mediante campañas pagadas que buscan amplificar su alcance. La pauta, sin embargo, no garantiza interacción: los perfiles con mayor inversión no siempre coinciden con los de mayor engagement, lo que sugiere enfoques distintos para lograr posicionamiento político y mediático.
El Tracking Digital aclara que las cifras provienen de datos públicos de las plataformas y herramientas de monitoreo social; no se trata de una encuesta de opinión ni mide intención de voto, sino de una radiografía de comportamiento digital. Las métricas, según la firma, reflejan tendencias de alcance, visibilidad e inversión, útiles para comprender cómo se disputa hoy la influencia en los escenarios virtuales.
Este seguimiento, que abarca el periodo del 1 al 31 de octubre de 2025, muestra también un crecimiento sostenido del consumo de contenidos políticos en redes sociales. Cada vez más ciudadanos se informan, opinan y debaten en entornos digitales, lo que ha llevado a los líderes a profesionalizar sus equipos de comunicación y a entender que la presencia digital ya no es un accesorio, sino una extensión estratégica de su imagen pública.
? Guarumo Tracking Digital Noviembre 2025 2 by David Awad
En esa arena, el informe permite identificar tres dinámicas claras:
- Consolidación de figuras mediáticas (Vicky Dávila, María Fernanda Cabal) que convierten su alcance en influencia discursiva.
- Auge de nuevos actores digitales (Santiago Botero en TikTok) que logran conectar con audiencias jóvenes a través de formatos ágiles y audiovisuales.
- Estrategias de visibilidad pagada, donde la pauta se convierte en herramienta de posicionamiento, como ocurre con Miguel Uribe y Juan Carlos Pinzón.
La competencia por la atención del público se libra cada vez más en los timelines. El informe de Guarumo lo deja claro: la política colombiana ya no se disputa solo en las plazas públicas ni en los debates televisados, sino también en el espacio sin fronteras de las redes sociales, donde los “me gusta”, los retuits y los seguidores se han convertido en una nueva moneda de influencia.







