El alcalde de Pueblo Viejo, Brandon Márquez, parece estar ocupado en otro planeta, porque en el suyo, el de la alcaldía, definitivamente no está.
La administración del alcalde de Pueblo Viejo, Brandon Márquez, sigue siendo objeto de críticas por su falta de acción frente a los problemas más urgentes que enfrenta el municipio. A pesar de los reiterados llamados de la comunidad y del Concejo Municipal, el mandatario parece estar más enfocado en otros temas, dejando de lado las necesidades de los habitantes.
Una de las principales preocupaciones que se han venido señalando es el estado de la infraestructura vial, especialmente en el corregimiento de Nueva Frontera. Los puentes de la entrada principal de este corregimiento, que ya se encuentran deteriorados por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, siguen sin recibir la atención que requieren con urgencia. La comunidad ha expresado su preocupación ante la falta de intervención, y las condiciones de estas vías representan un riesgo para los habitantes que a diario las transitan.
La falta de mantenimiento preventivo y correctivo en la infraestructura, sumada a la falta de acción para garantizar la seguridad vial, está generando un descontento generalizado. Las quejas no solo se limitan a la infraestructura, sino también a la gestión de los recursos públicos, los cuales no parecen estar siendo destinados adecuadamente para mejorar la calidad de vida de los pobladores de Pueblo Viejo.
Uno de los temas más mencionados ha sido la pérdida de cheques en la Secretaría de Hacienda, lo que refleja una serie de desajustes administrativos dentro de la alcaldía. Estos problemas, que parecen ser recurrentes en la gestión de Márquez, están contribuyendo a una imagen de desorden y desatención que empaña la gestión pública.
La falta de voluntad política para hacer frente a estos problemas está generando frustración entre los habitantes del municipio, quienes piden soluciones efectivas y una respuesta urgente por parte de la administración. En un municipio donde los recursos son limitados, la asignación adecuada y eficiente de los mismos es más importante que nunca, y la comunidad espera que el alcalde Márquez tome cartas en el asunto para garantizar que las necesidades más urgentes sean atendidas.
El hecho de que la administración de Brandon Márquez siga sin dar respuestas concretas a estos problemas evidencia una desconexión con las necesidades reales del pueblo. Mientras la comunidad continúa esperando mejoras en su calidad de vida, el alcalde parece seguir mirando hacia otro lado, dejando a los habitantes de Pueblo Viejo con la sensación de que, a pesar de las promesas, el cambio aún está lejos de llegar.