En un fallo que ha puesto fin a casi ocho años de proceso judicial, el Juzgado 12 Penal del Circuito de Barranquilla emitió este viernes una sentencia absolutoria a favor de Dayana Jael Jassir De la Hoz, acusada de ser la presunta autora intelectual del asesinato de su esposo, Eduardo Pinto Viloria, exdirector regional de Medicina Legal. Pinto fue asesinado a balazos el 4 de mayo de 2016 en su vivienda, ubicada en el barrio Cevillar de Barranquilla.
La decisión judicial sorprendió a muchos, ya que la Fiscalía había señalado a Jassir como la determinadora del crimen, basando su acusación en testimonios de los autores materiales del asesinato y otras pruebas de la investigación. Sin embargo, la jueza argumentó que las evidencias presentadas durante el juicio no lograron demostrar, más allá de la duda razonable, la responsabilidad de Jassir en el asesinato de Pinto.
Contradicciones en los testimonios clave
Durante el proceso, uno de los testimonios más relevantes fue el de Johan Beltrán Ulloque, quien había reconocido una relación sentimental con Dayana Jassir. Inicialmente, Beltrán había señalado a Jassir como la persona que habría orquestado el asesinato de Pinto, pero en su comparecencia ante el tribunal, se retractó de su declaración. Beltrán aseguró que había incriminado a Jassir bajo presión y para protegerla, lo que generó contradicciones en el caso.
La juez también destacó que otros testimonios clave aportados por la Fiscalía presentaron inconsistencias, lo que llevó a que la responsabilidad de Jassir no pudiera ser probada de manera concluyente. La falta de pruebas firmes y la retractación de Beltrán fueron determinantes para que el tribunal tomara la decisión de absolverla.
Condena para los autores materiales
Aunque Dayana Jassir fue absuelta, los responsables materiales del asesinato de Eduardo Pinto ya han sido condenados. Johan Beltrán, Jesús Gutiérrez Arrieta, Miguel Ángel González y Alberto Mario Cabrera Barrios, alias ‘Ñeco’, fueron encontrados culpables del crimen y sentenciados a penas de prisión. Los tres primeros recibieron 19 años de cárcel, mientras que ‘Ñeco’ fue condenado a 17 años y seis meses, tras llegar a un preacuerdo con la Fiscalía.
La acusación de la Fiscalía señalaba a Jassir como la presunta autora intelectual del asesinato, argumentando que ella habría planeado el crimen en complicidad con su amante, Johan Beltrán, y otros involucrados. Según la versión oficial, Jassir y Beltrán habrían contactado a los otros condenados para llevar a cabo el asesinato de Pinto, quien en ese momento era un reconocido funcionario público. El asesinato, inicialmente presentado como un robo, fue posteriormente considerado por las autoridades como un crimen premeditado.
Un largo proceso judicial
El caso de Eduardo Pinto Viloria fue uno de los más mediáticos de Barranquilla y generó gran conmoción a nivel nacional. A pesar de las acusaciones en su contra, Dayana Jassir fue la única de los implicados que no aceptó cargos. Desde el inicio del proceso, Jassir enfrentó una larga batalla legal que se extendió por más de ocho años. En todo ese tiempo, la defensa de Jassir insistió en su inocencia, mientras que la Fiscalía mantenía que había pruebas suficientes para demostrar su participación en la planificación del crimen.
Tras escuchar la sentencia absolutoria, Jassir no pudo evitar las lágrimas, y fue vista visiblemente emocionada en la audiencia. Aunque la jueza determinó que no había pruebas suficientes para vincularla al asesinato, la absolución no significa que la mujer quede exonerada de cualquier implicación en el caso; simplemente, el tribunal consideró que no existieron elementos probatorios que permitieran una condena.
El proceso judicial y la absolución
A lo largo de los ocho años que duró el proceso judicial, Dayana Jassir fue la única de los implicados que no aceptó cargos. Desde el principio, la defensa de Jassir insistió en su inocencia, argumentando que no había pruebas contundentes que la vincularan con la muerte de su esposo. A lo largo de las audiencias, la Fiscalía presentó testimonios y pruebas que, según su versión, involucraban directamente a Jassir en la determinación del asesinato de Pinto. Sin embargo, la contradictoria declaración de Johan Beltrán, las inconsistencias en otros testimonios y la falta de pruebas directas condujeron a la juez a tomar la decisión de absolverla.
El veredicto fue recibido por Jassir con gran emoción. Durante la audiencia, la mujer no pudo contener las lágrimas al conocer la decisión judicial, que puso fin a un largo proceso lleno de tensiones y especulaciones. A pesar de la absolución en primera instancia, la decisión podría ser apelada, pero por el momento, Dayana Jassir queda libre de cargos en relación con el asesinato de Eduardo Pinto.
Un caso de impacto nacional
El asesinato de Eduardo Pinto Viloria fue un crimen de gran repercusión en Barranquilla y a nivel nacional, dado el perfil de la víctima, un funcionario público destacado y respetado en su área. La investigación y juicio por su muerte, que involucró a varios personajes y complejas tramas de relaciones personales, mantuvo a la opinión pública expectante. Aunque los responsables materiales del crimen ya han sido condenados, el caso de Dayana Jassir resalta las dificultades inherentes al sistema judicial para probar la culpabilidad de una persona más allá de la duda razonable.
El fallo de este viernes cierra un capítulo importante en este caso, aunque el recuerdo de la tragedia y las circunstancias que rodearon el asesinato de Pinto seguirán siendo tema de debate en la comunidad barranquillera y en los medios de comunicación.
Repercusiones del fallo
La absolución de Dayana Jassir pone fin a un largo proceso judicial que dejó huella en la opinión pública. Aunque algunos aún cuestionan la decisión, la sentencia resalta las dificultades del sistema judicial para demostrar la culpabilidad de un acusado más allá de cualquier duda razonable. Para Jassir, el veredicto supone una liberación después de años de incertidumbre y acusaciones.
Este caso sigue siendo un tema de conversación en Barranquilla y en el ámbito judicial del país, ya que el crimen de Eduardo Pinto Viloria, por las circunstancias en que ocurrió, marcó un precedente en el tratamiento de asesinatos relacionados con funcionarios públicos.