Mientras en las calles de Barranquilla crece la preocupación por la ola de extorsiones y violencia, desde la cárcel del Bosque llegan imágenes que indignan: presuntos miembros de la banda «Los Costeños» fueron sorprendidos celebrando el Día del Amor y la Amistad con licor, música y refrigerios, dentro del penal.
La celebración habría tenido lugar el pasado 21 de septiembre en el pabellón B, donde están recluidos internos por delitos como extorsión y concierto para delinquir.
En las fotos filtradas a redes sociales, se observa a internos identificados como Ciro (alias ‘09’), Jhonatan Amador (alias ‘Maldad’) y ‘Pochi’, en medio de lo que parece una verdadera rumba carcelaria: botellas de licor, un congelador lleno de hielo y cerveza, además de música que ambientaba el festejo.
Indignación ciudadana y silencio oficial
La comunidad barranquillera no tardó en reaccionar con molestia, señalando la falta de control del INPEC y cuestionando cómo entraron las bebidas alcohólicas, el hielo y los equipos de sonido a un penal supuestamente de «alta seguridad».
«Mientras los comerciantes viven con miedo, los que los extorsionan se dan la gran vida en la cárcel», dijo un líder del gremio empresarial local.
Hasta el momento, ni el INPEC ni la dirección del centro penitenciario El Bosque han emitido un pronunciamiento oficial frente al escándalo, aunque se espera una investigación disciplinaria y penal para esclarecer cómo se permitió esta violación a los reglamentos internos.
Lo que se sabe hasta ahora:
- La fiesta habría sido organizada por reclusos del pabellón B.
- Participaron varios internos señalados de pertenecer a «Los Costeños», una estructura criminal con fuerte presencia en la ciudad.
- En las fotos se evidencia presunto ingreso ilegal de licor y elementos no permitidos.
- Ciudadanos exigen explicaciones y sanciones ejemplares.
¿Quién controla las cárceles? Este nuevo caso reabre el debate sobre el poder real que tienen algunas bandas criminales al interior de los penales en Colombia, donde incluso pueden organizar fiestas mientras sus víctimas viven atemorizadas fuera de los muros.
