Washington cuestiona los acercamientos con grupos armados y los niveles históricos de producción de cocaína. Petro responde con críticas al modelo de certificación.
En un golpe diplomático sin precedentes en los últimos años, la Administración del presidente estadounidense Donald Trump anunció la descertificación de Colombia en la lucha contra el narcotráfico, una decisión que genera tensiones en la ya compleja relación entre ambos países.
Según el Departamento de Estado, Colombia «incumplió manifiestamente» sus compromisos internacionales en materia de lucha contra las drogas. El documento destaca que los cultivos de coca y la producción de cocaína alcanzaron cifras récord bajo la administración del presidente Gustavo Petro, y recrimina los “fallidos intentos” de alcanzar acuerdos con grupos narcoterroristas.
“Estas estrategias no solo han sido ineficaces, sino que han exacerbado la crisis del narcotráfico”, se lee en el comunicado oficial emitido este lunes.
Junto a Colombia, también fueron excluidos de la lista Afganistán, Bolivia, Venezuela y Birmania, por razones similares de incumplimiento.
Condiciones y advertencias
A pesar de la descertificación, Estados Unidos no cierra del todo la puerta. El documento aclara que la decisión podría revertirse si el Gobierno colombiano “adopta medidas agresivas para erradicar los cultivos de coca, reducir el tráfico de drogas y llevar ante la justicia a quienes se benefician de esta economía ilegal”.
El Departamento de Estado advierte que los países que no atiendan sus responsabilidades enfrentan “graves consecuencias”, aunque también subraya que la cooperación con Colombia sigue siendo vital para los intereses nacionales de EE.UU.
La respuesta del presidente Petro
Minutos antes del anuncio oficial, el presidente Gustavo Petro, durante un consejo de ministros, anticipó la descertificación, señalando que era una medida injusta frente a los esfuerzos que el país ha hecho:
“Después de decenas de muertos, de policías, de soldados, de gente del común tratando de impedir que llegue la cocaína, nos descertifican. Es una injusticia con Colombia”, afirmó.
El mandatario ha defendido su enfoque de “paz total”, que incluye negociaciones con grupos armados involucrados en el narcotráfico, y ha criticado el modelo de certificación de EE.UU. por considerarlo “obsoleto, unilateral y punitivo”.
¿Qué está en juego?
La descertificación podría poner en riesgo cooperación económica, asistencia militar y fondos para programas sociales y de erradicación. También complica la coordinación binacional para enfrentar a grupos como el Clan del Golfo, el ELN y las disidencias de las FARC, todos con vínculos activos con el narcotráfico.
Irónicamente, apenas una semana antes del anuncio, una delegación de altos mandos de la Policía y el Ejército colombiano viajó a Washington para exponer los logros recientes en la lucha antidrogas, como la incautación de más de 889 toneladas de cocaína durante 2024, según informó el general Carlos Fernando Triana.
Aún así, Estados Unidos parece considerar que los resultados no compensan la falta de un enfoque más contundente y coherente, especialmente ante la creciente influencia de grupos criminales en territorios clave para el narcotráfico.
