El avión que transportaba a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sufrió interferencias en su sistema GPS durante su aproximación a territorio búlgaro. Aunque el incidente no afectó el aterrizaje ni puso en riesgo la seguridad de la funcionaria, ha encendido las alarmas en Bruselas y en Sofía.
Tanto la líder europea como las autoridades búlgaras señalaron que podría tratarse de un intento de sabotaje por parte de Rusia, una hipótesis que ya está siendo investigada por las instancias de seguridad correspondientes.
Desde la Comisión Europea, la portavoz Arianna Podestà condenó el hecho y aseguró que la Unión Europea está preparada para enfrentar este tipo de amenazas.
“Somos muy conscientes de que las amenazas y la intimidación son un componente habitual de las acciones hostiles de Rusia. Esto reforzará aún más nuestro compromiso inquebrantable de aumentar nuestras capacidades de defensa y nuestro apoyo a Ucrania”, afirmó Podestà.
El incidente se produce en un contexto de alta tensión entre la Unión Europea y Rusia, marcado por sanciones, ciberataques, campañas de desinformación y el apoyo europeo a Ucrania en medio de su conflicto con Moscú.
Las autoridades de seguridad de la UE y de Bulgaria continúan recopilando información técnica y de inteligencia para determinar el origen exacto de la interferencia.