La mañana del sábado 23 de agosto de 2025 dejó una herida profunda en el corazón de Barranquilla. En la calle 76 con carrera 48, fue hallado sin vida Gill Manuel Salas Miranda, de 57 años, el hombre que por más de una década se encargó de cuidar y proteger el edificio del Call Center Marketing.
Gill, conocido por todos simplemente como “Gillito”, llevaba 13 años custodiando el mismo lugar y más de 20 trabajando para el mismo patrón. Su carácter alegre, su sencillez y su palabra siempre amable lo convirtieron en un referente del barrio. Hoy, vecinos y compañeros lloran su partida.

El hallazgo estremeció a la comunidad: golpeado y amarrado, Gill fue encontrado dentro del mismo sector que vigilaba. Su vida fue arrebatada de manera cruel, dejando un vacío difícil de llenar en su familia y en todos los que lo conocieron.
El dolor de la noticia fue aún más desgarrador para sus dos hijas, quienes se enteraron de la tragedia a través de un reporte ciudadano. Lo que comenzó como un sábado común terminó convirtiéndose en una jornada de horror e impotencia.
En el barrio Santo Domingo de Guzmán, donde residía, sus vecinos lo describen como un hombre trabajador, respetuoso y siempre dispuesto a ayudar. Para ellos, Gill no era solo el celador de un edificio: era el guardián de una comunidad.
Las autoridades investigan el crimen, mientras familiares y amigos claman justicia para que la muerte de Gill no se convierta en una cifra más de la creciente inseguridad en la ciudad. Su legado es el de un hombre que dedicó su vida al trabajo honesto y al bienestar de quienes lo rodeaban.