lunes, agosto 25, 2025

“El Mono” Abello en Santa Marta y el proceso de extinción de dominio delpredo El Manantial

La Sociedad de Activos Especiales (SAE) y las autoridades nacionales ejecutaron en enero un operativo para recuperar El Manantial, un predio de 44 hectáreas ubicado en el área rural de Santa Marta y vinculado al exjefe del Cartel de la Costa, José Rafael Abello Silva, alias El Mono Abello. La propiedad se encontraba bajo medidas de extinción de dominio desde 1998 y estaba siendo ocupada de manera irregular.

El operativo contó con la presencia de la Policía Nacional, el Ejército Nacional, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la Alcaldía Distrital de Santa Marta y la Personería Distrital, quienes garantizaron el desalojo pacífico de las personas que habitaban el terreno.

De bien ilícito a proyecto social

La SAE explicó que este procedimiento hace parte de la política “Tierra para la Paz”, impulsada por el Gobierno Nacional para transformar bienes vinculados al narcotráfico en proyectos productivos y sociales.

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“Este predio será destinado para beneficiar a comunidades afectadas por el conflicto, demostrando que los bienes ilícitos deben regresar a manos de la sociedad”, señaló la entidad en un comunicado oficial.

La recuperación de El Manantial se suma a otros inmuebles en Magdalena que han sido incautados a organizaciones criminales. Sin embargo, estos operativos no han estado exentos de dificultades: en enero de 2025, tras la recuperación de otro terreno ocupado por personas vinculadas a Abello, se reportaron amenazas contra funcionarios de la SAE, lo que obligó a reforzar las medidas de seguridad en los procedimientos.

Situación legal de “El Mono” Abello

José Rafael Abello Silva, de 75 años, fue extraditado en 1989 a Estados Unidos y condenado a 30 años de prisión por conspiración para traficar cocaína como parte del Cartel de Medellín. Cumplió 18 años de cárcel y fue liberado en 2007, tras lo cual regresó a Colombia.

En octubre de 2023 fue capturado nuevamente por las autoridades colombianas, acusado de amenazar a una magistrada del Tribunal Superior de Santa Marta. Sin embargo, fue dejado en libertad en septiembre de 2024 por vencimiento de términos, aunque sigue vinculado a procesos judiciales por la presunta administración de bienes adquiridos con dineros ilícitos.

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Abello es considerado uno de los capos más influyentes de los años ochenta, cuando controlaba rutas de narcotráfico desde la Costa Caribe hacia Estados Unidos. Su nombre aparece en decenas de procesos de extinción de dominio y ha sido señalado de haber adquirido propiedades en Magdalena y Atlántico a través de familiares y testaferros.

Contexto histórico

El predio El Manantial fue uno de los símbolos del poder que ostentó Abello durante su época como narcotraficante. Ubicado estratégicamente cerca de rutas utilizadas para el transporte de cargamentos ilegales, el terreno fue incautado hace más de 25 años. Sin embargo, múltiples disputas legales y ocupaciones irregulares habían impedido su recuperación efectiva hasta ahora.

“Recuperar estos bienes no es solo un acto jurídico, es también una medida de reparación histórica para las comunidades que durante décadas sufrieron los efectos del narcotráfico en el Caribe colombiano”, declaró un funcionario de la SAE tras el procedimiento.

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Lo que sigue

Las autoridades confirmaron que el terreno entrará en una etapa de evaluación técnica para definir su nuevo uso social y económico. La SAE adelantará estudios para determinar proyectos productivos que beneficien a campesinos y víctimas del conflicto armado en Magdalena.

Por su parte, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y las autoridades locales mantienen vigilancia sobre otros bienes del exnarcotraficante, que podrían ser recuperados en los próximos meses.


Claves del caso:

  • Predio recuperado: El Manantial, 44 hectáreas en Santa Marta.
  • Propietario original: José Rafael Abello Silva, alias El Mono Abello.
  • Medida: Extinción de dominio vigente desde 1998.
  • Estado actual: Ocupación irregular; recuperado por la SAE en agosto de 2025.
  • Contexto: Exjefe del Cartel de la Costa, extraditado a EE. UU. en 1989, liberado en 2007, con procesos activos en Colombia.
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El nombre de José Rafael Abello Silva, conocido como El Mono Abello, todavía resuena en las historias de narcotráfico que marcaron a Colombia en los años ochenta. Este samario, que llegó a ser uno de los hombres más poderosos del Cartel de Medellín, vive hoy en libertad y alardea de una fortuna construida en los tiempos en que las costas del Magdalena eran rutas seguras para el envío de marihuana y cocaína a Estados Unidos.

Aunque fue extraditado en 1989 y condenado a 30 años de prisión en Estados Unidos por traficar más de media tonelada de cocaína, su retorno al país, en 2007, estuvo marcado por un hecho que aún indigna a las víctimas del narcotráfico: Abello nunca ha pagado cárcel en Colombia. Sus crímenes fueron declarados prescritos y sus propiedades, muchas adquiridas con dinero ilícito, permanecen bajo su control o en disputas judiciales que avanzan lentamente.


El Mono Abello, manifiesta que Abelardo de la Espriella el Uribista y Duquista es el más bandido de todos

El aparente ex narcotraficante Mono Abello, realizó sindicaciones directas a ex congresista, un abogado y este señor Abelardo de la Espriella.

Recordemos estas sindicaciones del Mono Abello y las respuestas de este abogado a un Narcotraficante; valdría decir, que de la Espriella es de miedo.

El capo que dominó el Caribe colombiano

En la década de los setenta, Abello comenzó su carrera criminal como traficante de marihuana en Santa Marta, aprovechando su cercanía a la Sierra Nevada y al litoral Caribe. Con la expansión del negocio de la cocaína en los ochenta, se convirtió en uno de los principales socios de Pablo Escobar. Su nombre aparecía junto al de Carlos Lehder, Griselda Blanco, Gonzalo Rodríguez Gacha y los hermanos Ochoa Vásquez.

Su detención fue una de las primeras operaciones exitosas de la DEA contra el Cartel de Medellín. En 1987, cortes federales de Oklahoma y Florida lo acusaron formalmente de conspiración para importar cocaína. Tras ser capturado en Barranquilla, fue extraditado el 28 de octubre de 1989. Un año después, un jurado en Tulsa lo condenó a 30 años de prisión y al pago de 5 millones de dólares.

Sin embargo, tras 17 años tras las rejas en EE. UU., Abello obtuvo una reducción de pena y fue deportado a Colombia en 2007. Desde entonces, no ha pasado un solo día en una cárcel colombiana.


Una fortuna que desafía a las autoridades

A pesar de su prontuario, Abello mantiene un perfil público en Santa Marta y ostenta bienes que, según investigaciones periodísticas, fueron comprados con dinero del narcotráfico. Entre ellos, destaca el lote “Inca-Inca”, ubicado en Pozos Colorados, una de las zonas de mayor valorización inmobiliaria del Caribe.

Ese terreno, que se calcula en más de 40 millones de dólares, se adquirió en los años en que Abello utilizaba la región para cargar lanchas con marihuana. Hoy, sobre este lote se proyecta un desarrollo urbanístico de lujo, que contempla la construcción de cinco viviendas por hectárea en cumplimiento del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), todo bajo supervisión de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag).

Este caso ilustra las dificultades que enfrentan las autoridades colombianas para recuperar bienes ilícitos: mientras la DEA y cortes estadounidenses lograron condenar a Abello, en su propio país, gran parte de sus propiedades han esquivado procesos de extinción de dominio.


Críticas a la impunidad

El caso del Mono Abello es visto como un símbolo de la impunidad que rodea al narcotráfico en Colombia. A pesar de ser señalado como uno de los capos más influyentes del Cartel de Medellín, ha logrado mantener un patrimonio que debería estar en manos del Estado para reparar a las víctimas.

El exfiscal general Néstor Humberto Martínez y otros funcionarios han llamado la atención sobre la necesidad de recuperar los bienes del narcotráfico. “No es aceptable que fortunas levantadas con sangre y violencia sigan beneficiando a quienes destruyeron la sociedad colombiana”, se lee en uno de los reportes oficiales.

Mientras tanto, Abello permanece libre, protegido por la prescripción de sus delitos en Colombia y vinculado a disputas legales por propiedades estratégicas, como el predio El Manantial —recientemente recuperado por la Sociedad de Activos Especiales (SAE)— y otros inmuebles en el Magdalena.


Una herencia de poder y miedo

Más que un personaje del pasado, José Rafael Abello Silva sigue siendo una figura influyente en el Caribe colombiano. Su nombre evoca el poder del narcotráfico en los años ochenta y la violencia que azotó la región, pero también evidencia que las redes construidas por los grandes capos aún proyectan su sombra sobre la justicia.

La pregunta sigue abierta: ¿podrá el Estado colombiano desmontar las fortunas ilícitas que aún sostienen a figuras como El Mono Abello, o seguirá siendo este uno de los símbolos más evidentes de que el narcotráfico, incluso décadas después, no siempre paga?


Claves del caso “El Mono” Abello:

  • Exjefe del Cartel de la Costa, socio de Pablo Escobar y del Cartel de Medellín.
  • Condenado en EE. UU. a 30 años de prisión por tráfico de cocaína; liberado en 2007.
  • Nunca ha cumplido pena en Colombia: sus delitos prescribieron.
  • Propietario de terrenos millonarios en Pozos Colorados (Santa Marta), estimados en más de 40 millones de dólares.
  • El Estado ha iniciado procesos para recuperar bienes como El Manantial, pero gran parte de su fortuna sigue intacta.

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