Desde su fundación en 1891, la institución ha enfrentado múltiples desafíos y se ha adaptado a las necesidades sociales.
Por. Emilio Gutiérrez Yance
El 5 de noviembre de 1891 marcó un hito en la historia de Colombia. Ese día, el presidente Carlos Holguín Mallarino firmó el Decreto 1000, dando vida a la Policía Nacional, una institución que ha evolucionado y se ha transformado para responder a los desafíos de una nación en constante cambio. Desde aquellos días en que los serenos patrullaban las calles con faroles y pitazos, la Policía ha sido un pilar fundamental en la construcción de un país más seguro y en paz.
Hoy, celebramos con orgullo a 176 mil hombres y mujeres que, con dedicación y valentía, trabajan para garantizar la convivencia y el bienestar de más de 51 millones de colombianos. Estos 133 años no solo son un testimonio de su compromiso, sino también un llamado a honrar su labor en el servicio a la comunidad. En un contexto donde los problemas sociales y de seguridad son cada vez más complejos, la Policía ha sabido adaptarse, desarrollando una visión renovada que promueve un sentido de pertenencia y cercanía con la ciudadanía.
La historia, contada a través de la fotografías, crónicas, noticias y relatos, han permitido consolidar el papel de la Institución más querida por los colombianos, que ante el mundo sobresale por su valeroso trabajo en la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado, la delincuencia común y otros factores que atentan contra la convivencia ciudadana.
Como antesala a esta importante conmemoración, la Institución integró a su columna vertebral, una nueva idea de ver, sentir y ser Policía con lo que busca despertar ese sentido de pertenencia, no solo de quienes hacen parte de ella, sino de todo el pueblo colombiano. Hoy, los problemas sociales y de seguridad, demandan de una Policía más cercana al ciudadano, más capacitada, más dotada.
Cada vez que un colombiano vuelve a casa, lo hacemos todos. Porque para su familia y la mía, con nosotros vuelve la esperanza y la ilusión. Todo lo que hemos vivido, lo hemos disfrutado y llorado juntos.
Compartimos el amor y el orgullo por Colombia. Nuestra fuerza es igual a la suya. Somos más que nuestros uniformes. Somos como usted, como sus familiares, como su vecino o amigo. Vivimos por la comunidad y eso nos motiva y nos mueve a darlo todo cada día.
La Policía vive en permanente evolución y con alto grado de profesionalismo, respondiendo con efectividad las exigencias de la comunidad con exitosos y valerosos programas en materia de seguridad y convivencia, potenciando con ello confianza y credibilidad. Delante de un Policía siempre esta Colombia, pero detrás de él, estamos todos.
No hay la menor duda de nuestro compromiso; estamos dispuestos a dar la vida para defender la de otro, para defender la dignidad y la libertad de quienes habitan este hermoso país, la tierra de nuestros antepasados, de nuestros hijos, de nuestros nietos.
Para ser policía se requiere una escala de valores muy alta porque además debemos ser ejemplo para la sociedad. Ser policía significa hacer el bien, hacer lo correcto, respetar un uniforme que lleva impregnadas las lágrimas y el sacrificio de muchos en el pasado, el presente y el futuro.
En esta importante fecha para la historia de nuestro país, los miles de Policías a lo largo y ancho del territorio colombiano, desde el Cabo de la Vela hasta el Amazona, ratifican su compromiso de seguir trabajando por la seguridad y la tranquilidad de todos los colombianos con vocación, honor, disciplina, honestidad, compromiso y solidaridad.
Hoy celebramos no solo un aniversario, sino un legado de valentía y esperanza. La Policía Nacional es, y seguirá siendo, un baluarte en la búsqueda de una Colombia más segura y en paz, un símbolo de la resistencia y la unión de todos los colombianos en la construcción de un futuro mejor.