La Superintendencia Nacional de Salud anunció la toma de posesión e intervención forzosa administrativa de la ESE Universitaria del Atlántico (UNA), luego de detectar 49 hallazgos que comprometen la adecuada prestación de los servicios asistenciales y reflejan un deterioro progresivo en las finanzas de la entidad.

Según el organismo de control, las deficiencias encontradas afectan principalmente áreas críticas como urgencias, farmacia, seguridad del paciente y gestión administrativa. Entre los hallazgos más relevantes se destacan la inadecuada atención a los usuarios, fallas en la Ruta Materno-Perinatal, ausencia de activación de rutas psicosociales, carencia de medicamentos e insumos médico-quirúrgicos, problemas en la conservación de fármacos, infraestructura insegura, deficiencias en la esterilización, manejo inadecuado de residuos hospitalarios y una gestión financiera que ha generado un déficit cada vez mayor.
La deuda de la ESE UNA asciende actualmente a $147 mil millones, lo que representa un incremento de más de $39 mil millones frente a los reportes conocidos en marzo de este año.
Con la medida, la Supersalud ordenó la separación del cargo de la gerente encargada, Rosmery Wehedeking, y la remoción de la junta directiva. En su lugar fue designado como agente especial interventor el doctor Fredys Miguel Socarrás Reales, exalcalde de Valledupar, quien asumió desde este lunes la representación legal de la entidad. El funcionario deberá presentar en un plazo máximo de 30 días un plan de trabajo que permita atender las falencias detectadas.
La intervención tendrá una duración inicial de un año, periodo en el que la Superintendencia buscará garantizar la continuidad en la atención en salud bajo condiciones de calidad y seguridad, al tiempo que evaluará si la ESE debe ser liquidada o si es posible estabilizar su operación.
La crisis financiera y administrativa de la UNA se ha profundizado en los últimos años. En marzo, tras la salida del entonces gerente Pablo Alberto De La Cruz Gómez en medio de protestas de los trabajadores por la falta de pagos, la entidad ya enfrentaba serias críticas por la falta de gestión y la creciente insatisfacción del personal asistencial.
Con esta nueva intervención, el Gobierno pretende dar un respiro a los usuarios del sistema y encaminar a la ESE Universitaria del Atlántico hacia una reestructuración que le permita superar la crisis.