Un nuevo caso de estafa y extorsión en la zona insular de Cartagena salió a la luz tras la denuncia de dos turistas mexicanos que aseguraron haber sido obligados a pagar 1.800.000 pesos en medio del mar, durante un recorrido hacia la isla Tierrabomba.
Según el relato de Gretel Miranda, una de las afectadas, todo inició en Bocagrande, donde un grupo de operadores turísticos les ofreció transporte en lancha a la playa Paraíso de sol, con un costo de 80.000 pesos ida y regreso, además del consumo que hicieran en el lugar. Durante su estadía de poco más de una hora y media, pagaron 60.000 pesos por tres cervezas —dos para ellos y una para un tripulante de la lancha—, sin que se mencionaran otros cobros adicionales.
El problema comenzó en el trayecto de regreso. “Una de las personas que nos acompañó durante todo el trayecto nos indicó que subiéramos a otra embarcación llamada Shaddai, porque esa sería la que íbamos a usar para volver a Cartagena. Durante el retorno hicieron una escala en un muelle secundario para que subieran otras tres personas, que fueron cómplices, entre ellos una mujer que llegó con un datáfono”, relató Miranda.
De acuerdo con la turista, en medio de altamar los lancheros apagaron los motores y los intimidaron. “De repente empezaron a decirnos que pagáramos la visita a la isla, que habíamos hecho uso de las instalaciones y de todos los clubes de playa de Tierrabomba, lo cual tenía un costo de 1.800.000 pesos. Nosotros nos opusimos, porque nunca se nos informó nada de eso. Yo amablemente les ofrecí los 60.000 pesos que ya habíamos pagado en el consumo, pero no aceptaron”, aseguró.
El momento, que describe como de pánico, escaló rápidamente. “Prácticamente nos estaban diciendo que no nos iban a dejar bajar si no pagábamos. Se pusieron muy agresivos y nos empezaron a intimidar. Yo solo alcancé a sacar mi tarjeta, la chica que estaba ahí me la arrancó de la mano y pasó el cobro en el datáfono. Después de eso, arrancaron la lancha y al llegar no nos dejaron en El Laguito, como debía ser, sino más adelante. Nosotros lo único que hicimos fue correr y pedir ayuda a la Policía porque teníamos mucho miedo”, relató.
Los turistas instauraron la denuncia correspondiente y entregaron a las autoridades videos, fotos de los tripulantes y hasta el recibo del pago hecho con la tarjeta de crédito. Además, hicieron un llamado urgente a las autoridades distritales para que se tomen medidas contra este tipo de prácticas, que no solo afectan la seguridad de los visitantes, sino también la reputación turística de la ciudad.
“Eso fue un secuestro. Estar en medio del mar y que te digan que no te van a dejar bajar si no pagas, eso es un secuestro. Imagínate qué hubiera pasado si no pasaba mi tarjeta: nos hubieran robado, lanzado al mar, no sé… Es algo terrible. Ojalá el alcalde haga algo para que estas personas no sigan haciendo esas fechorías”, concluyó la afectada.
Hasta el momento, las autoridades distritales no se han pronunciado sobre si tienen plenamente identificados a los responsables de este hecho, que revive la discusión sobre la informalidad en la operación turística de la zona insular de Cartagena.