Un nuevo escándalo político sacudió el escenario nacional este domingo luego de que la periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila publicara presuntas conversaciones de WhatsApp entre Nicolás Petro y su exesposa, Daysuris Vásquez, en las que se aludiría a supuestos comportamientos inapropiados del hoy presidente Gustavo Petro durante una fiesta celebrada en su campaña presidencial de 2022.
Según Dávila, los chats —que habrían sido extraídos del expediente de la Fiscalía— sugieren la participación del entonces candidato en reuniones privadas con mujeres y presuntos financiadores de campaña, e incluso mencionan la existencia de un supuesto video que afectaría su imagen pública.
La respuesta del presidente Petro no se hizo esperar. A través de su cuenta de X, calificó las acusaciones como falsas y afirmó que se trata de un intento de manipulación mediática. “No hay videos, amigos. Solo uno que no contiene imágenes, sino palabras editadas. No hay travestis ni ‘todo lo demás’”, escribió el mandatario, denunciando que se está tergiversando una fiesta para hacerla pasar como un delito.
Petro fue más allá y acusó a ciertos sectores del periodismo de incurrir en un “vagabundeo informativo” impulsado por intereses políticos. También aprovechó para lanzar una indirecta al expresidente Álvaro Uribe, recientemente condenado en primera instancia, diciendo que “la realidad de ver convertida la hacienda en cárcel ha llevado a tanta gente a la embriaguez mental”.



Por su parte, Nicolás Petro rompió el silencio con un video en el que calificó de “vil montaje” las imágenes reveladas. Aseguró que las capturas de pantalla presentan inconsistencias con el peritaje forense que realizó la Fiscalía al celular de Daysuris Vásquez, indicando además que las fechas y nombres fueron manipulados.
“El color verde del nombre en las imágenes indica que la captura se habría hecho desde mi celular, lo cual es falso, porque el dispositivo extraído fue el de Daysuris”, explicó Nicolás Petro, señalando además que ninguno de los dos se tenía guardado con los nombres mostrados en las capturas.
El caso reaviva las tensiones entre el Gobierno y los sectores críticos que acusan al presidente Petro de populismo y falta de transparencia. Mientras tanto, desde la oposición ya se escuchan voces que exigen a la Fiscalía investigar a fondo si los chats forman parte de un montaje o si hay detrás un escándalo mayor.
La controversia apenas comienza.