Mientras las familias esperan —y muchas veces desesperan— por la entrega de los cuerpos de sus seres queridos, la sede regional de Medicina Legal en Barranquilla parece sostenerse con alfileres. Apenas cinco médicos forenses y dos patólogos se encargan de realizar necropsias no solo del Atlántico, sino también de municipios del Magdalena como Sitio Nuevo y otras zonas de la Costa Caribe. Una carga titánica para un equipo mínimo.
Pese a la gravedad del asunto, el Instituto Nacional de Medicina Legal asegura que todo funciona dentro de los parámetros normales. Sin embargo, desde hace varios meses, la Veeduría Ciudadana de la Región Caribe ha venido documentando denuncias reiteradas de familias que aseguran recibir cuerpos en avanzado estado de descomposición o tras largas esperas.
Rubén Moreno De La Sala, presidente de la Veeduría, hizo públicas las respuestas del instituto, que, lejos de aliviar la preocupación, dejaron al descubierto una realidad incómoda: una infraestructura pensada para menos de la mitad de la demanda actual, operando bajo condiciones precarias y con una sobrecarga laboral evidente.
Medicina Legal confirmó que solo cuenta con 5 médicos forenses y 2 patólogos en Barranquilla, más un médico forense en la unidad básica de Baranoa. La directora seccional, Marjorie Yaneth Cervantes, también ejerce como patóloga y se suma a este reducido equipo. Ellos deben enfrentar diariamente casos que llegan desde toda la región, incluyendo los que requieren estudios complejos en antropología, odontología forense, radiología y laboratorios especializados.
La situación en la morgue también es alarmante. El espacio frío, diseñado originalmente para albergar 20 cadáveres, hoy ha sido modificado para alojar hasta 70 cuerpos. La razón: el aumento de homicidios, la migración, y la cantidad de cuerpos sin identificar.
En cuanto a los retrasos y la descomposición de los cuerpos, Medicina Legal se defiende: no siempre depende de ellos. Alegan que gran parte del deterioro ocurre antes de que el cadáver llegue a sus instalaciones, debido al tiempo que toma el proceso judicial en la escena del crimen, donde los cuerpos pueden permanecer expuestos al calor por más de 10 horas sin refrigeración.
Además, revelan que solo atienden necropsias entre las 7:00 a.m. y las 7:00 p.m., por lo que cualquier cuerpo ingresado después de las 6:00 p.m. deberá esperar hasta la mañana siguiente. A esto se suman los casos con múltiples heridas o sumergidos, que presentan una descomposición acelerada y, según la entidad, son mayoría.
La capacidad operativa actual permite hacer 10 necropsias diarias, reduciéndose a apenas 4 en fines de semana y festivos. Un dato que en sí mismo parece una confesión del colapso.
La Veeduría Ciudadana hace un llamado urgente al Gobierno Nacional. «No se trata solo de estadísticas, sino del trato digno a los muertos y el alivio para sus familias», afirmó Moreno. Mientras tanto, en Medicina Legal, cada necropsia se convierte en un pulso diario entre la vocación médica y el abandono estatal.
