La tranquilidad del municipio de Ponedera, en el oriente del Atlántico, se vio sacudida este lunes por una preocupante situación de salud pública: al menos 51 niños, con edades entre 1 y 5 años, presentaron síntomas de intoxicación tras asistir a los Centros de Desarrollo Infantil (CDI) Mundo de Colores y Futuros Felices.
Los síntomas comenzaron a manifestarse horas después de que los pequeños regresaran a casa. Dolor abdominal, vómitos y diarrea fueron las señales de alerta que encendieron las alarmas en decenas de hogares y que, en poco tiempo, desbordaron la capacidad de atención del hospital municipal.
Mientras algunos padres trataban de aliviar el malestar de sus hijos con remedios caseros, otros corrieron en busca de ayuda médica. En total, una veintena de niños tuvo que ser trasladada en ambulancia hacia la Clínica San Rafael y el Hospital Departamental de Sabanalarga, en un esfuerzo por brindarles una atención más especializada.
Aunque aún no hay una versión oficial sobre el origen de la intoxicación, las autoridades sanitarias del Atlántico ya iniciaron una investigación para determinar qué alimento pudo haber desencadenado esta situación. Las miradas están puestas en un posible queso que habría estado en mal estado, aunque no se descartan otras opciones dentro de la minuta nutricional.
Los CDI, que tienen como misión principal garantizar el bienestar y desarrollo integral de la primera infancia, hoy están en el centro de una crisis que ha dejado a toda una comunidad con más preguntas que respuestas. Padres y madres exigen claridad y medidas que garanticen la salud de sus hijos, mientras se espera que en las próximas horas se conozcan los resultados de los análisis realizados a las muestras de comida.
Por ahora, la prioridad sigue siendo la recuperación de los pequeños y el acompañamiento a sus familias en medio de esta angustiosa situación.