Brenda Uliarte, imputada por el intento de magnicidio de la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, reconoció el 27 de agosto, días antes del ataque fallido, que había mandado matar a la exmandataria (2007-2015).
“Mandé a matar a la vice Cristina”, escribió en un mensaje enviado a su amiga Agustina Díaz, también encausada.
En las comunicaciones que obtuvo la justicia argentina del peritaje de su teléfono celular, Uliarte le confesó a su amiga que iba “a mandar a matar a Cristina”, antes de manifestar su enfado porque la vicepresidenta se había metido dentro de su vivienda, situada en el barrio de Recoleta de la ciudad de Buenos Aires.