La tarde del jueves 22 de mayo se tiñó de luto en el barrio Rebolo, en la localidad Suroriente de Barranquilla. Bladimir Herazo, un hombre que según vecinos era “callado y tranquilo”, fue hallado sin vida en su vivienda ubicada en la calle 21 con carrera 28.
De acuerdo con testimonios escuchados, Herazo habría tomado la decisión fatal tras pasar varias semanas desempleado y con deudas acumuladas por arriendo.
“El man había quedado sin camello, sin trabajo, y debía arriendo. Lo sacaron del trabajo hace como 20 días, era como supervisor de servicios generales. Vivía con su mamá. Cuando ella volvió de trabajar fue que lo encontró, como a las 2:30”, relató un vecino del sector.
El hecho, que aún es materia de investigación por parte de las autoridades, ha dejado al vecindario consternado y pone nuevamente sobre la mesa la urgencia de atender la salud mental y emocional en comunidades golpeadas por el desempleo y la precariedad.
En medio del dolor, vecinos se preguntan cuántos más podrían estar atravesando silenciosamente situaciones similares, sin que nadie lo note a tiempo.
