La reciente decisión de la agencia Fitch Ratings de elevar la perspectiva crediticia de Barranquilla de «estable» a «positiva» ha generado sorpresa y cuestionamientos desde diversos sectores, debido a la delicada situación financiera que enfrenta el Distrito.
Aunque el informe de la calificadora destaca una “sólida gestión fiscal y financiera”, los indicadores actuales revelan un panorama distinto: alto déficit presupuestal y de caja al cierre de 2024, cero pesos recibidos por crédito bancario, y un sobreendeudamiento creciente que ya alcanza los 3 billones de pesos autorizados por el Concejo Distrital. Incluso, según fuentes financieras, ni siquiera la entidad Sefinanza —aliada histórica del Distrito— ha prestado recursos recientemente, reflejando la pérdida de confianza del sistema financiero en la capacidad de pago de la ciudad.
“Al sector financiero no lo engañan. Las entidades saben leer cifras y no están dispuestas a asumir riesgos con una administración que tiene serias dificultades de caja”, expresó un analista local consultado por Noticias y Reportajes.
Pese a esto, la administración distrital, en cabeza del alcalde Alejandro Char, celebró la decisión de Fitch como un reconocimiento a la confianza ciudadana y al manejo responsable de los recursos. Sin embargo, críticos advierten que este tipo de anuncios podrían estar desfasados de la realidad fiscal y crear una falsa percepción de estabilidad.
Expertos en finanzas públicas piden mayor transparencia sobre los criterios que llevaron a Fitch a emitir una calificación positiva, en medio de una creciente desconfianza bancaria y una carga de deuda preocupante para el futuro del Distrito.
