El presidente Donald Trump encabezó el Día Nacional de Oración en la Casa Blanca, reuniendo a líderes de fe de todo el país para honrar la herencia religiosa de Estados Unidos.
Durante su discurso, Trump recordó que esta tradición es más antigua que la independencia del país, citando la proclamación de ayuno y oración del Congreso Continental en 1775.
“Hoy, al dirigirnos a Dios en oración, continuamos una tradición más antigua que nuestra propia independencia”, dijo el presidente Trump.
“Hace casi 250 años, el 12 de junio de 1775, el Congreso Continental designó un día de ayuno y oración para que los estadounidenses que luchaban por su libertad pudieran buscar la ayuda del Todopoderoso. Y si nos fijamos en ese 12 de junio de 1775, nos encontramos ante un día muy, muy especial”, añadió.
El mandatario afirmó: “Estamos trayendo la religión de vuelta a nuestro país”, y subrayó que para que América sea una gran nación, debe ser siempre “una nación bajo Dios”, una frase que, según él, algunos quieren eliminar.
La directora de Fe de la Casa Blanca, Jenny Korn, explicó que el Día Nacional de Oración fue instaurado en 1988 y resaltó la importancia de unir a los estadounidenses en oración para lograr unidad y fortaleza.
En el evento participaron cerca de 200 líderes religiosos de diferentes credos, incluyendo cristianos, católicos, judíos y musulmanes, quienes ofrecieron oraciones por el país.