En las primeras horas del lunes 21 de abril, mientras Roma apenas comenzaba a abrir los ojos y América Latina aún dormía, el mundo recibió una noticia que paralizó corazones: el papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano de la historia, falleció a los 88 años.
La hora exacta de su partida fue las 7:35 a. m. (hora local), en su residencia de la Casa Santa Marta, dentro del Vaticano. En Colombia, la noticia se conoció cuando el reloj marcaba las 2:35 a. m. Desde ese momento, la Plaza de San Pedro, usualmente alegre por las celebraciones de Pascua, se convirtió en un lugar de recogimiento y silencio.
Un adiós distinto
Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio, eligió no ser enterrado en la Basílica de San Pedro, como muchos de sus predecesores. En cambio, reposará en la Basílica de Santa María la Mayor, un templo que visitaba antes y después de cada viaje. Fue su deseo personal, revelado en una entrevista a finales de 2023. “Ya está todo listo”, dijo en aquel entonces.
La basílica alberga una de las imágenes marianas más veneradas de Roma y guarda reliquias de la cuna del niño Jesús. Allí descansan también siete papas y el escultor Bernini.
Un lunes de Pascua que nadie olvidará
A las 10:35 de la mañana, las campanas de Roma comenzaron a sonar en señal de duelo. En cuestión de minutos, fieles, curiosos y medios de comunicación abarrotaron los alrededores del Vaticano.

“Cambió la Iglesia, rompió muros, fue un papa cercano”, dijo Fabio Malvesi, un romano de 66 años que se enteró por la radio y salió corriendo hacia la plaza. La conmoción se sentía en cada rincón: había lágrimas, oraciones y un silencio que lo decía todo.
Turistas como Cristina Borsetto, llegada desde Padua para pasar la Pascua, no podían contener la emoción: “Fue elegido el mismo año en que nació mi hijo. Se va alguien que nos representaba, alguien humano”.
Incluso quienes no profesan la fe católica sintieron la pérdida. “Nos lo dijeron unos romanos. Estaban tristes. Y aunque no somos religiosos, lo sentimos con ellos”, contó Pascale Girard, turista francesa.
¿Qué sigue ahora?
Con la muerte del papa, se activan los protocolos tradicionales del Vaticano. Nueve días de exequias y, en un plazo máximo de 20 días, se convocará un cónclave para elegir a su sucesor. Más de dos tercios de los cardenales electores fueron nombrados por Francisco, lo que influirá directamente en el futuro de la Iglesia.
Mientras tanto, será el cardenal camarlengo, el irlandés Kevin Farrell, quien tomará las riendas temporalmente.
2025, que debía ser un Año Jubilar, ahora será también el año del adiós a un papa que no solo llevó el nombre de Francisco, sino que vivió como él: con sencillez, ternura y rebeldía santa.