Lo que vivió María Camila Aguilar Álvarez esa madrugada parece más una escena de una pesadilla que una realidad: “Era como una película de terror, como cuando matan a un animal”, dijo, con la voz quebrada por el dolor. Su madre, Clara Milena Álvarez Díaz, fue asesinada brutalmente por su pareja sentimental y padre de María Camila, Edgar Aguilar, quien ahora está prófugo.
La tragedia ocurrió el sábado 19 de abril en el barrio Sinaí, al sur de Barranquilla. Eran las cinco de la mañana cuando algo despertó a María Camila. El sonido del motor de un vehículo encendiéndose con violencia, como si alguien intentara huir rápidamente, la alertó. Al asomarse, vio a su padre a bordo del automóvil, acelerando para escapar. En ese momento, presintió que algo no andaba bien.
Corrió por el pasillo de la casa hasta la habitación de sus padres. En el trayecto, un rastro de sangre confirmó sus peores sospechas. Al ingresar al cuarto, encontró el cuerpo sin vida de su madre, tendido sobre una colchoneta, con múltiples heridas y bañado en sangre.
“La atacó mientras dormía, con una herramienta para picar piso y un cuchillo”, reveló entre lágrimas. Aunque en su hogar no eran ajenas las discusiones, María Camila asegura que en los últimos meses su padre había desarrollado celos enfermizos, convirtiéndose en una amenaza constante para Clara Milena.
Intentó detenerlo, pero fue en vano. Él ya había emprendido la huida.
Hoy, con la voz apagada por el llanto y la garganta afónica de tanto gritar, María Camila solo pide justicia. “Mi mamá era todo para mí. Él no solo le quitó la vida a ella, también me la arrebató a mí. Estoy destruida. Tiene que pagar por lo que hizo”, expresó con profunda tristeza.
Mientras las autoridades continúan la búsqueda de Edgar Aguilar, su hija lo insta a entregarse: “No sigas huyendo. Asume lo que hiciste. No puedes seguir escondiéndote del horror que causaste”.