En Colombia no basta ya con que los mismos políticos clasifiquen a los colombianos entre izquierdistas y derechistas, pasando por alto la democracia y derecho a opinar, elegir y ser elegidos.
Dado el caso que para muchos comunicadores causa indignación el calificativo utilizado por la Revista Semana, donde divide al periodismos entre izquierdista y derechista, dando un mal ejemplo de imparcialidad, algo anti democrático que dista mucho de un medio que los lectores anhelan hallar para tener una visión clara y real de lo que ocurre en el país.
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“La rabia de los periodistas de izquierda”
Es la muestra de una degradación de esta noble labor que lamentablemente en alguna época gozó de credibilidad por ser imparciales y reales, hoy muestran la cara de una realidad enmarcada en la corrupción que como manto en los ojos, termina por servir de “Tapabocas” y jáquima al mando de un timonel con manos sucias y perdida de ética.
El hecho de no compartir algunos profesionales de la comunicación su voto con el candidato del tradicionalismo, no los convierten en izquierdistas, guerrilleros o asesinos, o es que acaso ¿quienes si lo hacen, son parácos, narcos, y asesinos?
“No mezclemos una cosa con la otra y votar a conciencia y gobernar con decencia”
Lo único cierto es que ojalá que quien tome las riendas de este país, sepa hacerlo y no continuar con la ola de corrupción que ocultan tras cortinas de humo y calificativos que llevan de picada a nuestro hermoso país.