En una reciente visita al barrio Siete de Abril, al sur de Barranquilla, los residentes se encontraron con una preocupante realidad: la falta de agua. A pesar de contar con un megatanque que costó más de 30 mil millones de pesos, la comunidad se pregunta cuál es la utilidad de esta enorme infraestructura.
La empresa Triple A, responsable de la construcción del megatanque, anunció que esta obra mejoraría la calidad de vida de cerca de 60,000 familias al resolver problemas históricos de almacenamiento y distribución de agua en la zona. Ramón Hemer, gerente general de Triple A, enfatizó el compromiso de la empresa con la prestación óptima del servicio de agua potable.
El Megatanque, con una capacidad de almacenamiento de 76,000 metros cúbicos —equivalentes a casi 30 piscinas olímpicas—, se diseñó para satisfacer la demanda de agua, especialmente durante las horas de mayor consumo. Gracias a un sistema de distribución por gravedad, se esperaba que se proporcionara un suministro más eficiente y uniforme.
Sin embargo, la realidad es diferente para los vecinos de Siete de Abril, que siguen lidiando con la escasez de agua. A pesar de las promesas y de las innovaciones implementadas, como un sistema de bombeo con respaldo energético y paneles solares que garantizan su autosuficiencia, la falta de suministro persiste.
Triple A sostiene que ha delineado planes de expansión, incluyendo la creación de la Zona 9, que busca beneficiar a nuevas áreas desde la Circunvalar hasta los límites con Galapa. Además, se están llevando a cabo proyectos para optimizar la red de distribución, como la reposición de tuberías en la zona suroccidental de Barranquilla.
A pesar de estas iniciativas, la visión de la empresa para el año 2045, que espera beneficiar a 700,000 personas, parece distante para quienes enfrentan la realidad del desabastecimiento diario.
El megatanque de Siete de Abril, aunque se presenta como una obra de infraestructura fundamental, se enfrenta al desafío de cumplir con las expectativas y necesidades de la comunidad.
Megatanque: una promesa rota
En 2013, la alcaldía de Barranquilla y el Ministerio de Ambiente firmaron un convenio para la construcción de un nuevo megatanque, prometiendo que esta infraestructura garantizaría el abastecimiento completo de agua para la zona suroccidental de la ciudad durante al menos 40 años. Sin embargo, a pesar de que la construcción del megatanque se completó hace más de cuatro años, los residentes del barrio Siete de Abril siguen enfrentando serios problemas de suministro.
Los habitantes de la zona reportan que el servicio de agua es limitado, especialmente durante las horas de la mañana, lo que genera frustración y preocupación. La expectativa de contar con un sistema que asegurara un suministro constante y eficiente no se ha materializado, dejando a la comunidad en una situación precaria.
Este contraste entre las promesas realizadas y la realidad actual plantea interrogantes sobre la efectividad de la planificación y la ejecución de proyectos de infraestructura que se presentan como soluciones a problemas críticos en la ciudad. La situación en el barrio Siete de Abril resalta la necesidad urgente de que las autoridades revisen y tomen medidas efectivas para garantizar el acceso al agua potable para todos los barranquilleros.
La construcción del megatanque de Barranquilla comenzó a materializarse el 8 de noviembre de 2013, cuando el entonces Ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, firmó un convenio con la alcaldía y el área metropolitana de la ciudad. A través de este acuerdo, el Ministerio transfirió más de 11,000 millones de pesos para iniciar la obra, que finalmente tuvo un costo total de más de 30,000 millones de pesos.
Con el apoyo del gobierno nacional y una aportación de 12,000 millones de pesos por parte del departamento del Atlántico, el área metropolitana abrió una licitación que fue adjudicada al Consorcio Hidrotanques.
Recientemente, el empresario involucrado, Bengal, envuelto en controversia, aseguró que no tiene ninguna relación con el alcalde Alejandro Char, aunque reconoció haber tenido una cercanía con Amaris, la cual ya no existe. Además, negó las acusaciones de corrupción que lo vinculan con coimas, afirmando que simplemente fue socio en el proyecto del megatanque y que todo el dinero que invirtió fue debidamente retribuido.
A medida que la comunidad sigue enfrentando problemas de abastecimiento de agua, estas declaraciones resaltan la necesidad de mayor transparencia en la gestión de obras públicas y el cumplimiento de las promesas hechas a los ciudadanos.
Revelaciones sobre presunta entrega de coimas al alcalde Alejandro Char por el contrato de Megatanque de Barranquilla: Un relato de asociaciones y financiamiento
Luis Enrique Guzmán Chams compartió en una entrevista con un medio de comunicación nacional, los detalles sobre su asociación con Carlos Bengal en el proyecto del megatanque de Barranquilla, revelando aspectos controversiales de la financiación del proyecto. Según su propio relato, Guzmán Chams, quien trabaja en el sector inmobiliario, se vio involucrado cuando Bengal, enfrentando dificultades económicas, le pidió ayuda.
“Cuando él se ganó este contrato del megatanque de Barranquilla, me invita a entrar al negocio porque estaba sin plata. Tenía que entregarle una suma al señor Alejandro Char, que representaba el 10% del costo de la obra, es decir, 2,300 millones de pesos. Él me dijo que si yo tenía el dinero, y efectivamente, los conseguí y entré a ser socio de él en las obras”, explicó Guzmán Chams.
Este relato destaca las complejas dinámicas de financiamiento que rodean la ejecución de obras públicas en la ciudad. A medida que surgen preguntas sobre la transparencia y la ética en la gestión de estos proyectos, los ciudadanos exigen claridad sobre el uso de los recursos y el cumplimiento de las promesas realizadas en beneficio de la comunidad.
Luis Enrique Guzmán Chams ha hecho serias acusaciones sobre el financiamiento del Megatanque de Barranquilla, afirmando que parte de la coima inicial de 2,300 millones de pesos fue utilizada para la compra de votos durante la campaña electoral de 2015, en la que Alejandro Char fue elegido alcalde. Char, quien ahora repite en el cargo, ha sido señalado en estas declaraciones que han emergido tras la comparecencia de Guzmán Chams en la Fiscalía.
Guzmán Chams está actualmente negociando un principio de oportunidad para colaborar con la justicia en este caso, lo que podría implicar un mayor esclarecimiento sobre las irregularidades denunciadas.
Ante estas acusaciones, el alcalde Alejandro Char, a través de su apoderado Francisco Bernate, ha respondido que interpuso una denuncia por calumnia contra Guzmán Chams, buscando defender su honor y reputación en medio de estas graves alegaciones.
Las implicaciones de estas declaraciones son significativas y podrían abrir un debate sobre la transparencia en la gestión pública y las prácticas políticas en Barranquilla. Mientras tanto, la comunidad barranquillera permanece atenta a los desarrollos de esta situación y a las posibles repercusiones legales que puedan surgir.
