Análisis e investigación del Dr. Arturo García Medrano, experto en seguridad ciudadana, sobre la alarmante situación de homicidios en el Atlántico
El 2024 fue un año marcado por una tragedia constante que arrasó con la vida de cientos de personas en el Atlántico. Los nombres de Gisell, Carolys y Yeidis no fueron los únicos en quedar grabados en la memoria colectiva, pues en total, 77 mujeres perdieron la vida a manos de la violencia de género en este año. A pesar de los esfuerzos de las organizaciones sociales que alzaron su voz con el color morado como símbolo de rechazo hacia estos crímenes, la violencia no cesó, y el grito de «Ni una más» se dispersó con el viento ensangrentado de esas mismas mujeres que perdieron su vida, mostrando la fragilidad de las promesas de cambio.
En el análisis del año 2024, se reveló una cifra desgarradora: 901 personas fueron asesinadas en el departamento del Atlántico. Esta cifra incluye víctimas de diversos tipos de violencia, pero no de accidentes de tránsito ni suicidios. De estos, 814 crímenes fueron registrados en Barranquilla y los municipios del Área Metropolitana, destacando un total de 483 homicidios en la capital del Atlántico. Si bien la región ha experimentado un crecimiento económico en los últimos años, las cifras de muertes violentas son una clara señal de que el bienestar social aún no está consolidado.
La violencia no solo afectó a las mujeres, sino que las cifras de muertes violentas en diciembre de 2024 fueron especialmente altas, con 95 víctimas. En este mes, ocho mujeres fueron asesinadas, y lo más lamentable es que tres de ellas fueron víctimas fatales en menos de 24 horas, un hecho que resalta la intensidad de la violencia en la región. De los homicidios registrados, 69 fueron por sicariato, y varios casos están aún bajo investigación, lo que incluye los homicidios ocurridos en atracos, riñas y violencia intrafamiliar.
El Dr. Arturo García Medrano, experto en seguridad ciudadana y director del Sistema de Alertas Tempranas (SATE), enfatizó que, a pesar de los esfuerzos por mejorar la seguridad, la violencia sigue siendo un desafío que no puede ser ignorado. Según el análisis de SATE, los homicidios no solo son consecuencia de la acción de bandas criminales, sino también de la falta de cohesión social, la debilidad institucional y la creciente desconfianza en las autoridades. En 2024, se registraron también casos de desmembramiento en el municipio de Palmar de Varela, lo que refleja la brutalidad de los delitos cometidos en la región.
La situación es aún más alarmante si se considera que muchos de los crímenes ocurrieron en zonas previamente tranquilas de Barranquilla, como los barrios Suroccidente, Suroriente, y el Centro Histórico, donde se reportaron 19, 13 y 6 homicidios, respectivamente. Aunque las autoridades han trabajado para frenar el avance de las bandas criminales, el aumento de los homicidios y la violencia sicarial sigue siendo una amenaza constante que no puede ser ignorada.
El Dr. García Medrano hace un llamado a toda la comunidad y a las autoridades para reflexionar sobre la situación y trabajar de manera conjunta en la implementación de políticas de seguridad más efectivas. A pesar de los avances en áreas como la infraestructura y el desarrollo económico, la violencia en el Atlántico sigue siendo un tema central que debe ser abordado con urgencia. Las cifras de 2024 no pueden ser solo un recordatorio doloroso, sino un llamado a la acción para proteger la vida y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos en la región.
El Sistema de Alertas Tempranas, como mecanismo de alerta ante situaciones de violencia, debe convertirse en una herramienta esencial para identificar los focos de violencia antes de que se conviertan en tragedias, y asegurar que el derecho a la vida y la seguridad de cada ciudadano sea una prioridad en 2025.
Este análisis busca no solo rendir homenaje a las víctimas, sino también incentivar una reflexión profunda sobre las causas que subyacen a esta ola de violencia y cómo la sociedad, las autoridades y las instituciones pueden trabajar juntas para erradicar la inseguridad y restaurar la paz en el Atlántico. SATE, enero 1 de 2025