El líder centrista promete “abrir Bolivia al mundo” y atraer inversión privada sin desmontar la protección social.
Bolivia inició este sábado una nueva etapa política con la investidura de Rodrigo Paz Pereira como presidente, marcando el fin de casi dos décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS) y el comienzo de un gobierno de corte centrista que promete un giro en la política económica y exterior del país.
Durante la ceremonia de posesión, Paz afirmó que su prioridad será “abrir Bolivia al mundo”, impulsando la modernización del aparato productivo y la atracción de inversión extranjera.
El nuevo mandatario adelantó que cerrará empresas estatales deficitarias y permitirá mayor participación privada en sectores estratégicos, aunque garantizó la continuidad de los programas sociales y transferencias económicas a los grupos más vulnerables.

“El Estado no puede seguir siendo una carga, sino un motor que acompañe al ciudadano y no lo sustituya”, expresó Paz en su discurso ante la Asamblea Legislativa.
La llegada de Paz al poder representa un cambio de rumbo político tras 20 años de dominio del MAS, primero bajo el liderazgo de Evo Morales y posteriormente con Luis Arce, en un contexto de división interna del movimiento y creciente demanda de renovación en el país.







