Cuando la sangre deja de moverse, el peligro empieza a actuar. Así lo vivió una mujer de 47 años que llegó a urgencias con dolor e hinchazón en la pierna derecha. No había caído, ni sufrido heridas, pero su pierna estaba enrojecida, caliente y tensa. Trabajaba largas horas sentada, apenas se levantaba de su puesto.
El examen con ultrasonido fue concluyente: trombosis venosa profunda (TVP). Dentro de una de las venas profundas de su pierna se había formado un coágulo de sangre que bloqueaba el flujo venoso. La sangre, que debía regresar al corazón, quedó atrapada, generando inflamación y dolor.
Pero el verdadero riesgo no estaba en la pierna. Si ese coágulo se desprende, puede viajar hasta los pulmones y causar una embolia pulmonar, una emergencia médica grave que puede ser letal en minutos.
La TVP puede originarse tras viajes prolongados, cirugías recientes, periodos de inmovilidad o enfermedades que alteran la coagulación. Y aunque muchas veces pasa desapercibida, el cuerpo suele enviar señales:
- Dolor en una pierna, generalmente en la pantorrilla.
- Hinchazón o aumento de volumen.
- Enrojecimiento o sensación de calor localizada.
Reconocer estos síntomas a tiempo puede salvar vidas. Mantenerse en movimiento, hidratarse bien y levantarse con frecuencia durante largos periodos de reposo o trabajo sedentario son medidas simples, pero poderosas, para prevenirla.
Porque en el cuerpo humano, el movimiento no solo es vida… también es prevención.
Nota: Este texto tiene fines educativos y académicos. No reemplaza la valoración médica profesional. Ante cualquier signo de trombosis, busca atención médica de inmediato.


 





