El Junior de Barranquilla no solo quiere estar en los cuadrangulares: quiere mandar.
Con 31 puntos en el bolsillo y tres partidos por disputar, el equipo de Alfredo Arias se aferra a la ilusión de cerrar en el top 2 de la Liga, una posición que le daría la codiciada ventaja deportiva rumbo a la gran final.
El panorama, sin embargo, no es sencillo. Los rojiblancos marchan terceros, empatados con Atlético Nacional, Medellín y Fortaleza, mientras que Bucaramanga observa desde lo más alto con 34 puntos y un calendario favorable.
Para soñar con la cima, Junior deberá ganarlo todo: primero frente a Santa Fe, luego ante Atlético Nacional en el Metropolitano —un duelo directo por el honor y la tabla—, y cerrar con Fortaleza en condición de visitante.
El conjunto tiburón tiene argumentos: una nómina amplia, el respaldo de su hinchada y un invicto sólido como local. Pero también enfrenta la presión de no fallar en casa si quiere seguir aspirando a la estrella de fin de año.
Más allá de los puntos, los dirigidos por Arias buscan escalar también en la reclasificación, donde se reparten los boletos internacionales a la Copa Libertadores y Sudamericana 2026.
La afición ya hace cuentas, revisa tablas y reza por los tropiezos de sus rivales. En Barranquilla el ambiente es de ilusión, porque si algo está claro es que el tiburón ya huele sangre en la parte alta… y quiere cerrar la fase regular con un rugido de líder.







