Un estudio de la Universidad del Atlántico y el Instituto Nacional de Investigación Marina Integrada de Francia reveló una alarmante cifra: el río Magdalena vierte más de 18.000 toneladas de plásticos al mar Caribe cada año, convirtiéndose en uno de los principales focos de contaminación oceánica en el país.
Durante diez años, los investigadores analizaron la presencia de micro y macroplásticos en el agua, los sedimentos y las especies marinas, confirmando que los desechos provienen, en su mayoría, de vertimientos urbanos y del manejo inadecuado de basuras.

El doctor Nelson Rangel, líder del estudio, advirtió que el plástico ya está afectando la vida marina: “Está alterando las interacciones entre peces, aves y otros animales costeros. Incluso hemos encontrado rastros en ecosistemas profundos del mar Caribe”.
Según el investigador, el problema tiene raíz humana: “El Magdalena atraviesa regiones densamente pobladas donde el manejo del plástico es deficiente. Todo termina en el río, y de ahí, al mar”.
El informe advierte graves fallas en la gestión de residuos y en el cumplimiento de normas ambientales, por lo que propone 12 recomendaciones dirigidas a productores y consumidores.
“El productor debe repensar el tipo de plástico que fabrica, y los consumidores debemos reducir su uso en la vida diaria. Un envase que usamos 15 minutos puede tardar cientos de años en degradarse”, concluyó Rangel.

El estudio también señala que, aunque en menor medida, las actividades costeras y marítimas contribuyen al problema. Sin acciones urgentes, advierten los científicos, el Caribe colombiano podría enfrentar un colapso ecológico silencioso bajo toneladas de plástico flotante.







