Con la voz entrecortada y visiblemente afectada, la exrectora de la Universidad Autónoma del Caribe, Silvia Gette Ponce, se declaró una vez más inocente durante la recta final del juicio que enfrenta por el asesinato del ganadero Fernando Cepeda Vargas, ocurrido en agosto de 2003.
Durante su intervención final ante el juez, Gette —de 74 años— aseguró que todo ha sido una “persecución para apoderarse de la universidad” y que su nombre fue involucrado injustamente por paramilitares que buscaban obtener dinero a través de extorsiones.
“El legado de Mario Ceballos Araújo era repartido entre los que orquestaron todo esto. Yo era un estorbo. Mi único error fue no pagar las extorsiones de los paramilitares”, afirmó entre lágrimas.
El proceso judicial la señala como presunta determinadora del crimen, tras los testimonios de desmovilizados que aseguraron que Gette habría ordenado el homicidio de Cepeda por un supuesto conflicto de herencia con su hijastra, María Paulina Ceballos, esposa del ganadero y heredera del fundador de la universidad, Mario Ceballos Araújo.
La exrectora insistió en que se trata de un montaje judicial en su contra y que nunca existieron pruebas que la vinculen con grupos armados ilegales. “No hay una foto ni una conversación que me relacione con el paramilitarismo”, enfatizó.
Con la finalización de los alegatos de la defensa, el juicio entra en su etapa definitiva, mientras el país sigue atento a uno de los casos más polémicos y mediáticos del Caribe colombiano.
