Por David Awad
La senadora y precandidata presidencial del Centro Democrático, María Fernanda Cabal, volvió a sacudir el tablero político nacional con una contundente publicación en su cuenta de X. Esta vez, su blanco fue Carlos Ramón González, exdirector de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), exasesor del gobierno Petro, y figura central del partido Alianza Verde.
“La circular roja de Interpol contra Carlos Ramón González, socio, amigo de Petro y dueño del partido Verde de Claudia López, no tendrá efecto ninguno porque Petro lo protege y su camarada Ortega en Nicaragua también. Estos personajes eran los que hablaban como Olmedo López de lucha contra la corrupción.”
Con estas palabras, Cabal no solo cuestiona la efectividad de los mecanismos internacionales de captura, sino que pone en evidencia lo que considera una red de protección política y diplomática, integrada por el presidente Gustavo Petro y el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, país en el que González se encontraría actualmente.

¿Quién es Carlos Ramón González y por qué está siendo buscado?
Carlos Ramón González es una figura conocida dentro del progresismo colombiano. Exmilitante del M-19, abogado, político y estratega cercano a Gustavo Petro, fue uno de los cerebros detrás de su llegada al poder en 2022. También se le considera un puente entre el Pacto Histórico y sectores del Partido Verde, encabezados por la exalcaldesa de Bogotá, Claudia López.
Actualmente, González es buscado por las autoridades en el marco de las investigaciones sobre el escándalo de corrupción en la UNGRD (Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres), que involucra al exdirector Olmedo López y a altos funcionarios del gobierno. Según revelaciones, González habría tenido un rol clave en la articulación de contratos y posibles presiones dentro del Estado.
La solicitud de circular roja de Interpol significa que hay una alerta internacional para su captura, pero hasta ahora no se han reportado avances en su localización o extradición.
Cabal denuncia “blindaje político” y complicidad internacional
La senadora Cabal plantea una hipótesis inquietante: Carlos Ramón González estaría siendo protegido por el propio presidente Petro, quien mantendría relaciones estrechas con el régimen de Ortega en Nicaragua, país al que ya han huido otros exfuncionarios buscados por la justicia colombiana.
Este tipo de protecciones diplomáticas ya se han visto antes en América Latina. Ortega ha sido señalado por convertir Nicaragua en un refugio político para aliados ideológicos y ha otorgado asilo y nacionalidad a figuras perseguidas judicialmente en otros países.
La senadora insinúa que el caso de González no sería distinto y que el gobierno Petro estaría usando su influencia política e internacional para garantizar impunidad a sus aliados.
“Lucha contra la corrupción”: discurso y contradicciones
Uno de los puntos más críticos del mensaje de Cabal es la acusación directa al discurso del petrismo sobre la lucha contra la corrupción. Al igual que Olmedo López —quien en sus primeras intervenciones como testigo clave se proclamaba “arrepentido” y comprometido con la verdad—, Carlos Ramón González también habría posado como moralista, mientras participaba en redes clientelistas de poder y contratos.

“Estos personajes eran los que hablaban como Olmedo López de lucha contra la corrupción”, escribió Cabal.
La ironía es evidente: aquellos que llegaron al poder con el estandarte de la “austeridad” y la “transparencia” ahora aparecen involucrados en uno de los escándalos de corrupción más grandes del actual gobierno.
Una precandidata que no se guarda nada
Este nuevo pronunciamiento de María Fernanda Cabal reafirma su estrategia política: no suaviza sus palabras ni le teme a confrontar al poder. En tiempos donde muchos optan por el cálculo político, Cabal se presenta como una figura sin filtros, directa y dispuesta a señalar lo que considera hipocresías del actual gobierno.
Su mensaje caló especialmente entre sectores que ven en el petrismo una doble moral: la que predica valores de izquierda, pero gobierna con prácticas tradicionales de clientelismo y protección a sus aliados.
¿Qué viene ahora?
Mientras la Interpol decide si actúa sobre la alerta roja y el gobierno colombiano muestra su voluntad (o no) de cooperar con la justicia internacional, el caso de Carlos Ramón González se convierte en un termómetro político. ¿Será este otro caso que termine en el archivo? ¿Habrá colaboración del gobierno para su captura? ¿O veremos un nuevo episodio de impunidad, respaldado por alianzas ideológicas?
Por lo pronto, la senadora Cabal seguirá encendiendo alarmas. Y su mensaje es claro: el país no necesita más discursos bonitos, sino verdad, justicia y coherencia.