En Fundación, Magdalena, la noche del sábado quedó marcada por el eco de los disparos. En una trocha solitaria, conocida como Los Manguitos, dos patrulleros de la Policía salieron a verificar una “novedad” en medio de la oscuridad. Era una trampa. Una emboscada.
Apenas bajaron de la patrulla, una ráfaga de fuego los recibió. En segundos, todo se volvió confusión y sangre. Iván Fernando Ramírez Olarte, oriundo del Cauca, no sobrevivió al ataque. Su compañero, herido de gravedad, lucha ahora por su vida en un hospital de Fundación.
Aun heridos, los uniformados lograron repeler el ataque y abatir a uno de los presuntos agresores, dejando en claro que no entregarían su vida sin defenderla. La patrulla no volvió igual: llegó con uno de sus hombres muerto, otro en estado crítico y un enemigo menos entre los arbustos.
La Policía confirmó el hecho, ocurrido durante labores rutinarias de vigilancia. Aunque se desconoce la identidad del grupo armado responsable, en la zona operan bandas criminales vinculadas al narcotráfico y al control de rutas ilegales.
¡Dolor de Patria! Rechazamos el ataque criminal que le arrebató la vida a nuestro patrullero de policía Iván Fernando Ramírez Olarte, en Fundación, Magdalena.
— Policía de Colombia (@PoliciaColombia) September 21, 2025
Nuestro acompañamiento y solidaridad con sus respetadas familias, con el compromiso de desplegar las capacidades de… pic.twitter.com/y2KGBhu1Qn
Iván Ramírez no era solo un número en una larga lista de caídos. Era hijo, tal vez padre, compañero. Hoy su nombre se suma al de tantos otros que han perdido la vida patrullando territorios donde la ley se enfrenta, día a día, con el plomo.
En Fundación, hoy la comunidad amanece entre la indignación, el miedo y el luto. La violencia no se ha ido: solo cambia de forma, de camino, de emboscada.