En una operación conjunta que combinó inteligencia, sigilo y precisión, las autoridades interceptaron un nuevo intento del narcotráfico por usar los ríos de Colombia como ruta hacia Europa. Esta vez, el hallazgo fue en el barrio Las Flores, en Barranquilla, donde un buque anclado en el Río Magdalena escondía una carga inusual: siete kilos de clorhidrato de cocaína, cuidadosamente adheridos con un sistema de imanes a la grúa de la embarcación.
La operación fue ejecutada por la Policía Nacional, el Ejército y la Armada, tras recibir una alerta sobre la presencia de un cargamento sospechoso. Tras inspeccionar el buque, hallaron los paquetes camuflados, un método sofisticado que busca eludir los controles tradicionales.
Según las primeras investigaciones, la droga pertenecería al Clan del Golfo y su destino final sería Bélgica, lo que confirma una vez más el interés de las redes criminales por sacar droga por vías fluviales hacia el mercado europeo.
Aunque no hubo capturas, el decomiso representa un golpe a la logística del grupo criminal. El general Edwin Urrego Pedraza, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, señaló:
“Con este resultado, ratificamos nuestro compromiso en la lucha frontal contra el narcotráfico. No permitiremos que los puertos ni nuestros ríos sean utilizados como corredores para el crimen organizado”.
El operativo refuerza la preocupación por el uso de tecnologías como sistemas de imanes y compartimientos ocultos en estructuras portuarias, una tendencia que va en aumento en la lucha contra el narcotráfico en Colombia.