En lo que ya es considerado el ataque aéreo más feroz desde el inicio de la invasión en febrero de 2022, fuerzas rusas lanzaron una ofensiva masiva contra múltiples ciudades ucranianas, golpeando por primera vez el edificio del Gabinete de Ministros en Kyiv, la sede central del Gobierno nacional.
Ataque sin precedentes
El ataque, ejecutado durante la madrugada, sorprendió incluso a los analistas militares más cautos. Aunque Kyiv ha soportado múltiples bombardeos a lo largo del conflicto, nunca antes un misil había impactado directamente una estructura gubernamental de esta envergadura.
La explosión provocó incendios en los pisos superiores y el techo del edificio, mientras columnas de humo se alzaban sobre el centro político de la capital. El hecho marca una nueva fase en la agresividad del Kremlin, al apuntar a blancos simbólicos y administrativos que hasta ahora habían permanecido —en su mayoría— fuera de la línea de fuego directa.




Víctimas y destrucción
- El balance preliminar deja al menos dos muertos, entre ellos un bebé, y decenas de heridos en los ataques que también alcanzaron zonas residenciales de Kyiv, Járkiv y Dnipró.
- Las sirenas antiaéreas sonaron durante más de dos horas.
- A pesar del asalto masivo, las defensas aéreas ucranianas interceptaron decenas de misiles y drones, mitigando lo que pudo ser una tragedia aún mayor.
Reacciones del gobierno ucraniano
La primera ministra Yulia Svyrydenko calificó el bombardeo como una «escalada sin precedentes», y declaró:
“Podemos reconstruir los edificios, pero las vidas perdidas no se recuperan jamás. Este ataque solo refuerza nuestra determinación”.
Por su parte, el presidente Volodímir Zelenskiy se dirigió al mundo con un llamado urgente:
“Ucrania necesita más sistemas de defensa aérea ahora. Cada retraso cuesta vidas. Y cada vida perdida es responsabilidad de quienes permiten que esto continúe. Rusia debe enfrentar sanciones más severas y aislamiento internacional total.”
Preocupación internacional
En Bruselas, la OTAN convocó una reunión de emergencia, mientras líderes europeos condenaron el ataque a la infraestructura gubernamental. Desde Washington, el Departamento de Estado expresó su “profunda preocupación” y reiteró el compromiso con el suministro de apoyo militar defensivo a Ucrania.