Ante el preocupante aumento de casos de extorsión y violencia en Barranquilla, la Fiscalía General de la Nación ha designado un fiscal especializado para enfrentar directamente este flagelo en la ciudad. La decisión llega tras un llamado urgente hecho por la Alcaldía Distrital a través de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana.
El pasado 20 de agosto, Yesid Turbay, jefe de esta dependencia, envió una comunicación formal a William Fernando Orlando Jaiquel, director seccional de Fiscalías, en la que alertaba sobre el preocupante panorama que enfrenta la capital del Atlántico: en lo que va del año 2025, se han registrado 785 denuncias por extorsión, superando ya las cifras totales de 2024, que cerró con 775 casos.
Y no es solo extorsión. Los indicadores de secuestro también muestran una tendencia al alza: de dos casos reportados en 2024 se ha pasado a tres en el presente año, lo que representa un incremento del 50%. A esto se suman 35 hechos violentos ocurridos entre el 16 de junio y la fecha actual, vinculados a ataques con explosivos, disparos contra locales comerciales, homicidios y tentativas de asesinato, dirigidos en su mayoría al sector empresarial.
La designación del nuevo fiscal busca fortalecer la capacidad de respuesta institucional frente a las estructuras criminales que han venido operando en la ciudad. Se espera que este refuerzo contribuya no solo a apoyar al Gaula de la Policía, sino también a mejorar la capacidad investigativa, optimizar los procesos judiciales y ofrecer respuestas más rápidas y efectivas a la ciudadanía barranquillera y a su área metropolitana.
Paralelamente, el alcalde Alex Char anunció esta semana la llegada de un sistema de alta tecnología para la Policía Metropolitana, con el cual será posible extraer información de celulares, drones, GPS, radios Avantel y otros dispositivos electrónicos en tiempo récord. Esta herramienta se perfila como un aliado clave en las investigaciones de extorsión y delitos conexos, permitiendo acceder a datos relevantes en cuestión de minutos.
La combinación de estas acciones —desde el fortalecimiento judicial hasta la inversión en inteligencia tecnológica— marca un nuevo capítulo en la estrategia integral de seguridad de Barranquilla, en un momento donde la ciudadanía exige resultados concretos frente a la creciente amenaza criminal.