La vía que conecta a los corregimientos de Aguada de Pablo y La Peña, en Sabanalarga, Atlántico, se encuentra prácticamente intransitable.
Lo que en su momento fue presentada como una obra de gran inversión durante la administración departamental de Eduardo Verano, hoy es un camino de lodo, abandono y promesas incumplidas.
Las fuertes lluvias de los últimos días, sumadas a la falta de mantenimiento y a una obra inconclusa, dejaron a cientos de familias incomunicadas. Carros, motos y hasta bicicletas quedan atascados en el barro, obligando a los habitantes a caminar largos trayectos para poder entrar o salir de sus poblaciones.
En su momento, se anunciaron vallas con la promesa de la pavimentación total, pero la obra nunca se completó. Hoy, más que un corredor de desarrollo, la vía se ha convertido en un verdadero elefante blanco que golpea la vida diaria de la comunidad.
La economía local es una de las más afectadas: los campesinos no pueden transportar sus productos agrícolas, los estudiantes enfrentan enormes dificultades para llegar a sus colegios y muchas familias ven limitado su acceso a los servicios de salud en Sabanalarga.
La comunidad, cansada de esperar, hace un llamado urgente a las autoridades departamentales para que retomen el proyecto y se cumpla la promesa hecha años atrás. Exigen soluciones inmediatas que permitan recuperar este corredor vial que debería ser un motor de desarrollo y unión para Aguada de Pablo y La Peña.