La comunidad de la vía El Algodón, que conecta a Juan Mina con Tubará, denunció el abandono total de una obra vial que debía ser entregada en seis meses y que, tras siete meses de iniciada, apenas alcanza un avance inferior al 20%. Desde hace más de un mes, los trabajos están completamente paralizados.
El contrato, adjudicado en enero de 2025 por un valor de 18.900 millones de pesos (13.028,96 SMLV), contemplaba la recuperación de este estratégico corredor rural. Sin embargo, lo único ejecutado hasta el momento es un parcheo parcial que llega hasta el sector de Cuatro Bocas. De allí en adelante, la carretera sigue en deplorables condiciones, con tramos que representan un alto riesgo para conductores y motociclistas.
“La carretera está peor que antes, cada vez más peligrosa. Ya han ocurrido varios accidentes. Si no hay respuestas, vamos a cerrar la vía”, advirtieron los habitantes, señalando a la Gobernación del Atlántico y a la Secretaría de Infraestructura por la falta de supervisión y de acciones correctivas.
La molestia no es nueva. En diciembre pasado, la comunidad ya había protagonizado bloqueos y protestas con quema de llantas, reclamando el inicio de obras que nunca llegaron. En esa ocasión presentaron un pliego de peticiones, que incluía:
- Retomar y culminar la obra Juan Mina–Tubará.
- Intervenir puntos críticos de la red vial regional (Tubará–Barranquilla, Guaimaral, Juan de Acosta, Bajo la Habana).
- Mayor pie de fuerza policial y controles permanentes.
- Instalación de cámaras de seguridad con recursos de la tasa de seguridad.
- Mejorar la iluminación con luminarias solares en tramos estratégicos.
Hoy, más de ocho meses después de la adjudicación, la comunidad asegura que la paciencia se agotó. Además del atraso en la obra, denuncian que la falta de infraestructura y seguridad está afectando la movilidad, la economía local y la vida misma de quienes a diario transitan por la zona.
“La vía no solo es necesaria para nosotros, también es clave para el turismo y la conexión entre municipios. Sentimos que nos abandonaron”, expresaron líderes comunitarios.
La población espera una respuesta inmediata de las autoridades departamentales y advierte que, de no cumplirse los compromisos, volverán a cerrar la carretera como medida de presión.
