La paciencia se agotó en el barrio 11 de Noviembre. Desde la mañana del pasado martes 12, decenas de residentes, entre ellos adultos mayores, madres con niños y jóvenes, bloquearon la calle principal como protesta ante una emergencia sanitaria provocada por aguas pluviales estancadas desde hace semanas.
El detonante, según denuncian, es la mala ejecución de una obra de pavimentación que dejó zanjas mal niveladas e impidió el correcto drenaje. El resultado: enormes charcos que convierten la vía en un lodazal resbaladizo, donde ya se han registrado caídas y accidentes, especialmente entre personas mayores. “No solo es incómodo, es peligroso y antihigiénico. Vivimos con mosquitos, malos olores y riesgo de enfermedades”, expresó una de las manifestantes.
La comunidad apunta directamente a la administración del alcalde Said Bitar, a quien acusan de abandono institucional y de no haber enviado hasta ahora una comisión técnica que evalúe y corrija los errores. Los líderes barriales advirtieron que, si no hay una respuesta inmediata y un compromiso escrito para reparar el daño, extenderán el bloqueo a otras vías estratégicas de Cereté.



Por ahora, la calle principal del barrio sigue cerrada como medida de presión. Para los vecinos, el reclamo va más allá de reparar el pavimento: exigen transparencia en la contratación, gestión eficaz de los recursos públicos y respeto por el derecho a vivir en un entorno seguro y saludable.
“La obra que debía mejorar nuestras vidas terminó empeorándolas. No pedimos favores, exigimos lo que por ley nos corresponde”, concluyó un habitante, mientras un grupo de jóvenes reforzaba la barricada improvisada.