Said Salas había dejado su casa en El Piñón, Magdalena, para viajar a Santa Marta.
Su objetivo parecía sencillo: visitar a un familiar, pasar unos días con la gente que quería, disfrutar de la cercanía que solo da la familia. Pero lo que debía ser un viaje lleno de afecto terminó en tragedia.
Este martes, el barrio Los Alpes B despertó con la peor noticia. El cuerpo de Said fue encontrado sin vida, con las manos atadas y evidentes señales de violencia. La calma habitual del sector se rompió y, junto a ella, la ilusión de una familia que lo esperaba de regreso.
En El Piñón, su madre y su hermana enfrentan un vacío imposible de llenar. En Santa Marta, los recuerdos de su visita se han convertido en un dolor que se niega a irse. Said partió demasiado pronto, dejando tras de sí preguntas sin respuesta y una historia que, para quienes lo amaban, será siempre un duelo inconcluso.
