La mañana de este martes, la esquina de la Carrera 40 con Calle 24, en Bogotá, amaneció con un tributo que no pasó desapercibido: un poste pintado con la bandera de Colombia y la frase “Juro que no morí”, recordando al periodista, humorista y defensor de los derechos humanos Jaime Garzón, asesinado el 13 de agosto de 1999.
El mensaje, cargado de simbolismo, apareció justo en la misma zona donde Garzón fue interceptado y baleado hace 26 años. La intervención urbana se suma a los múltiples actos de memoria que cada año buscan mantener viva su voz crítica y su lucha por la paz en Colombia.
En el marco de la conmemoración, hoy se llevará a cabo un homenaje en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, donde familiares, amigos, periodistas y ciudadanos rendirán tributo a su legado. El evento incluirá conversatorios, proyecciones de material audiovisual y actividades culturales que evocarán su trabajo como mediador humanitario y su talento para retratar con humor y agudeza la realidad nacional.
Jaime Garzón, recordado por personajes como Heriberto de la Calle y Godofredo Cínico Caspa, no solo marcó un antes y un después en la televisión colombiana, sino que también dedicó sus últimos años a facilitar la liberación de secuestrados y promover el diálogo en medio del conflicto armado.
A pesar de los años transcurridos, su asesinato sigue siendo un caso emblemático que deja en evidencia las deudas del Estado en materia de justicia. Para muchos, frases como la que hoy adorna ese poste son un recordatorio de que la memoria y las ideas no mueren, aunque intenten silenciarlas a balas.
