Nada habla más fuerte que una retroexcavadora sacando lodo antes de que lleguen los discursos. Así quedó demostrado en Santa Marta, donde en tan solo el segundo día de intervención, el Gobierno del Magdalena —con maquinaria amarilla al frente— logró retirar más de 16 toneladas de lodo y desechos que mantenían en emergencia a varias comunidades afectadas por las lluvias.
Nueva Colombia, Pescaito, San Fernando, María Eugenia y Bastidas fueron los primeros barrios atendidos con estas acciones, mientras que decenas de hogares recibieron mercados y ayuda humanitaria recolectada gracias a las donaciones solidarias que continúan llegando al centro de acopio habilitado en el antiguo hospital San Juan de Dios.
“No vinimos a prometer, vinimos a actuar”, fue la frase que más se escuchó entre voluntarios y funcionarios del gabinete departamental, quienes han estado al pie del cañón desde el primer momento, demostrando que un “Gobierno Popular” no se construye con pancartas, sino con botas embarradas y manos extendidas.
La invitación del gobierno departamental es clara: seguir donando alimentos no perecederos, sumarse desde cada rincón del Magdalena, porque la emergencia no distingue fronteras locales. “Santa Marta también es Magdalena”, recalcaron, recordando que la capital no está sola, y que cuando la naturaleza golpea, la solidaridad debe golpear más fuerte.








A los funcionarios, líderes comunitarios y ciudadanos que han entregado su esfuerzo, el gobierno expresó su gratitud: “Gracias por estar del lado de la gente, sin titubeos y sin excusas”.
El barro se va, pero lo que queda es el mensaje: cuando la ayuda llega antes que la promesa, hay esperanza.