Como si la Tierra hubiese decidido dar un sacudón para recordarnos su poder, un terremoto de magnitud 8,8 estremeció este martes la remota península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia. El epicentro del fenómeno se ubicó a 136 kilómetros al este de Petropavlovsk, a una profundidad de apenas 19 kilómetros, lo cual lo hizo aún más inquietante.
La magnitud fue tal, que la alerta de tsunami no se hizo esperar. El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, con sede en Honolulu, activó los protocolos para Rusia, Japón, Hawái, Guam y —sí, aunque parezca remoto— también para el Pacífico colombiano. Las autoridades en Colombia, por ejemplo, ordenaron la evacuación preventiva de zonas costeras en Nariño y Chocó. “Vayan a zonas altas y alejadas de la costa”, fue el mensaje directo en redes sociales oficiales.

Japón, un veterano en lidiar con estos monstruos tectónicos, activó su maquinaria de prevención: casi dos millones de personas fueron alertadas y llamadas a evacuar. Son 207 ciudades y pueblos en 21 prefecturas los que están en modo emergencia. Por ahora, no se reportan víctimas ni daños mayores, pero la tensión es latente.
En Kamchatka, el susto no se quedó solo en el movimiento telúrico. Un edificio de una guardería se desplomó parcialmente, aunque por fortuna estaba vacío por reformas. El gobernador regional, Vladimir Solodov, mostró imágenes de la estructura en ruinas, agradeciendo que no hubiese heridos allí.
Pero si algo resume el temple humano ante el caos, es el video que circula desde una clínica oncológica en Kamchatka, donde un grupo de médicos continúa una cirugía en medio del terremoto. No huyeron, no entraron en pánico: siguieron firmes, como si el bisturí pudiera detener los temblores del mundo. El gobierno regional ya anunció que serán premiados.
El recuerdo de Severo-Kurilsk —destruida por un tsunami en 1952— ronda la memoria colectiva rusa, mientras el Pacífico entero contiene el aliento. ¿Habrá más réplicas? ¿Llegará la ola? Nadie lo sabe con certeza. Por ahora, solo queda esperar, preparados y en alerta.