Con pala en mano y buen ritmo de entrega, la Gobernación del Atlántico continúa su “maratón de obras” llevando progreso por toda la costa. Esta vez el turno fue para Puerto Colombia, donde el gobernador José Antonio Segebre no solo inauguró una nueva carretera hacia el mar, sino que también puso en marcha obras clave para el turismo y la seguridad.
El acto central fue la apertura oficial del tramo La Playa–Los Manatíes, una vía de 3 kilómetros de doble carril, construida en pavimento flexible y reforzada con nueve box culverts y dos puentes, todo por una inversión cercana a los $6.500 millones. Esta ruta, que se suma a los 4,5 kilómetros previos entre la Vía 40 y La Playa, promete mejorar la conectividad hacia el mar y dinamizar el flujo turístico.
Pero ahí no paró la jornada. Segebre se trasladó luego a Salgar, donde puso la primera piedra de los espolones del Country, una intervención de $22.303 millones para frenar la erosión costera y proteger las playas de este tradicional balneario.
Más adelante, en Pradomar, los caseteros recibieron quioscos, carpas, utensilios de cocina y señalética nueva, fortaleciendo su capacidad para ofrecer servicios de calidad a los visitantes. “Esto nos impulsa, mejora el negocio y deja bien parada la cara turística del Atlántico”, dijo con entusiasmo Alfredo San Martín, uno de los beneficiarios.
Y como lo turístico no camina sin seguridad, también se hizo entrega de equipos de rescate a los salvavidas y bomberos: desde lanchas de alto calado hasta cuatrimotos, bombas de espalda, unidades GPS, botas industriales y combustible, herramientas clave para custodiar los 17 kilómetros de playas del municipio.

“Estas dotaciones no solo salvan vidas, también fortalecen la confianza del turista y dignifican la labor de nuestros cuerpos de emergencia”, expresó Gonzalo Restrepo, capitán de bomberos de Puerto Colombia.
Por su parte, el alcalde Carlos Altahona valoró la jornada como un paso adelante para el desarrollo productivo de la zona: “Estamos viendo cómo la inversión pública impacta directamente en la calidad del turismo y en la vida de quienes dependen de él”.

Así, entre cemento, arena y motores, el Atlántico reafirma que su desarrollo no es discurso, sino acción con resultados visibles.