La creciente ola de violencia que azota a Barranquilla ha generado temor e indignación entre sus habitantes, especialmente tras el asesinato de un joven de 21 años en el barrio Villate, ocurrido la noche del miércoles mientras visitaba a su novia.
Luis Mario Julio Cabarcas fue baleado dentro de una vivienda en la calle 64B con carrera 15, en un ataque directo perpetrado por un sicario que llegó en motocicleta, entró al inmueble y le disparó sin mediar palabra. El crimen, que ha conmocionado a los vecinos, vuelve a poner en evidencia la facilidad con la que los delincuentes operan incluso dentro de espacios privados.
Vecinos del sector expresaron su preocupación ante la falta de seguridad:
«Esto ya no es solo en la calle, ahora entran a las casas y matan a la gente. No hay respeto por nada ni nadie», dijo un residente que prefirió no identificarse.
Este hecho no fue aislado. La noche del miércoles estuvo marcada por múltiples hechos violentos en diferentes zonas de la ciudad, en los que murieron al menos dos jóvenes y varios más resultaron heridos. Esta situación ha encendido las alarmas entre líderes comunitarios y organizaciones sociales, que exigen una respuesta contundente por parte de las autoridades.
Desde la Policía Metropolitana y la Alcaldía se han anunciado investigaciones, pero la comunidad reclama acciones más concretas: presencia policial permanente, mayor inversión social y estrategias efectivas para frenar el accionar de bandas criminales que, al parecer, están detrás de estos homicidios selectivos.
Para los habitantes de sectores como Villate, lo sucedido es una señal clara de que la inseguridad ha cruzado límites peligrosos. La sensación de vulnerabilidad va en aumento, mientras familias enteras temen por su vida y la de sus hijos.
